miércoles, 25 de diciembre de 2024

CON LA REFORMA DE LA LEY DE ENJUICIMAIENTO CRIMINAL Y LA NO RENOVACIÓN DE LA MORATORIA ANTIDESAHUCIOS, EL GOBIERNO DEJA INDEFENSA EN MATERIA HABITACIONAL A LAS FAMILIAS VULNERABLES.

 


El consejo de ministros no ha incluido la prórroga que impedía los desahucios de familias vulnerables, es decir, desaparece la moratoria anti-desahucios para el año 2025. Esta decisión deja desprotegidas a familias con menores a cargo, ancianos, personas con discapacidad o enfermos, quienes hasta ahora contaban con esta medida como salvaguarda frente a desahucios por parte de grandes tenedores de vivienda o instituciones públicas.

Esta medida coincide con el acuerdo del consejo de ministros por el que se reforma la Ley de Enjuiciamiento Criminal que acelera el desalojo de la ocupación de viviendas. La normativa disminuye los plazos para la intervención de desalojo ante una ocupación.

En Extremadura el problema se complica ante tantas familias en estado de pobreza y riesgo social, la subida de los alquileres y la escasez de oferta de viviendas sociales. Además. La Junta de Extremadura no pone en marcha políticas que ataquen en profundidad este problema habitacional, si bien las medidas que promociona relacionadas con las ayudas de alquiler o con el Plan Estatal de la Vivienda están dirigidos hacia sectores de la población con capacidad económica, dejando en la soledad más absoluta y desprotegida a familias que carecen de medios económicos para soportar económicamente los precios de los alquileres.

Desde Campamento Dignidad hacemos un llamamiento a la sociedad para que tome conciencia de este enorme problema que afecta cada día a más personas, y a la participación reivindicativa a movimientos sociales, sindicatos y organizaciones políticas. En definitiva, es una necesidad que el gobierno regional paralie los desahucios, incremente la oferta de vivienda pública y regule los precios del alquiler para frenar la especulación.

martes, 24 de diciembre de 2024

LA LUCHA POR LA VIVIENDA, UN DERECHO HUMANO

 

La vivienda se ha vuelto a situar como el primer problema político y social para la mayoría de la población, de forma que se vive en una situación de extremo abuso y emergencia, con miles de familias necesitando viviendas para poder desarrollar sus vidas como seres humanos, a lo que se suma el más de millón y medio de desahucios en los últimos años. Desde la burbuja inmobiliaria que empujó la crisis de2008, y llevó a la crisis financiera no se ha construido vivienda protegida en España.

Los diferentes gobiernos han dejado las manos libres a los especuladores para encarecer y restringir el uso de la vivienda, dedicando buena parte de los inmuebles a los sectores sociales con capacidad económica para comprar o alquilar y a pisos turísticos que han vaciado el centro de ciudades importantes en Extremadura y otros territorios del Estado Español, subiendo el precio de los alquileres y provocando que el 45 % de la población que vive en alquiler se encuentre en niveles próximos a la  pobreza.

El déficit de viviendas sociales de alquiler alcanza al millón y medio de unidades. En Extremadura y en nuestras localidades hay pocas esperanzas de que se satisfaga a quienes las necesitan, se construyen pocas y tardan en adjudicarse con el desespero de la población. Los dirigentes políticos locales y regionales no quieren complicarse la vida reclamando más viviendas para sus pueblos, se conforman con lo que hay, no quieren jugarse su porvenir político y su bolsillo.

Ante el conformismo y la pasividad de quienes están al frente de las instituciones lo único que le queda a la población es luchar por el derecho humano a una vivienda como puede ser el derecho a la salud, la educación o la dependencia; no queda otra tarea que organizarse y recurrir a las movilizaciones sociales, tal y como están llevando a cabo en otros lugares del estado español demandando viviendas y que el precio de los alquileres no supere el 30 % del salario mínimo interprofesional. La construcción de viviendas nuevas fue abandonada por los gobiernos y ahora existe un déficit de 1,5 millones a precios asequibles. Las asociaciones en lucha por la vivienda preparan por todo ello una próxima huelga general.

lunes, 23 de diciembre de 2024

EUFEMISMOS DE LA PRENSA "LIBRE"

 

En estos días que se prestan a la sensibilidad, al sentimiento fraterno y empático con el cosmos más próximo que nos rodea, conviene recordar algunas cuestiones que también tienen que ver con nuestra actualidad.

Pertenecemos a un mundo que ha alcanzado su desarrollo después de siglos de conquistas y colonización, pillaje y saqueo de recursos, uso de la esclavitud, de la mano de obra barata y de fracturar a los pueblos con la creación de guerras y conflictos para así dominarlos más fácilmente.

En Pleno siglo XXI poco han cambiado las cosas; siguen existiendo pueblos, cuyas clases trabajadoras sufren la presión económica y militar del mundo occidental, a veces el crimen más abyecto, como el genocidio de Palestina. A pesar de todo, los medios de desinformación de nuestra humanidad más próxima, que equivocadamente llaman prensa libre, nos atosigan a diario con un lenguaje pleno de eufemismos destinado a confundir y manipular la realidad.

En este orden de cosas, al genocidio lo llamen guerra, a las invasiones militares de occidente le llaman conflictos o intervenciones humanitarias, al bloqueo económico que someten a los pueblos impidiendo que reciban medicinas y ayudas humanitarias le llaman embargos, a los actos terroristas y violentos de grupos disconformes apoyados por los gobiernos de los países occidentales, Israel y de EE. UU. lo llaman oposición pacífica y moderada, etc.

Tenemos que rebelarnos contra la deshumanización que se normaliza desde los poderes establecidos con circunloquios y mentiras, con el objetivo de impedir que todos los pueblos deben ser libres y tienen la necesidad y el derecho a desarrollarse económica y socialmente. También, los poderes gobernantes quieren ocultar que la clase obrera es la que genera las riquezas y a la que tratan de alienar en el individualismo y en la agradable barbarie consumista o arrinconarla en la más inoperancia estática vital.