miércoles, 21 de febrero de 2024

SOBRE LA UE, LA AGENDA 2030 Y LAS PRODUCCIONES AGRÍCOLAS.

 




La Unión Europea y la burocracia de Bruselas son en estos momentos uno de los enemigos más poderosos de los agricultores y agricultoras, y en general, de las clases trabajadoras. Esta institución es la responsable de lo que está pasando en el campo con los recortes de la PAC y las imposiciones de los acuerdos de libre comercio que permiten la libre entrada de productos agrícolas procedentes de terceros países a cambio de garantizar la salida de los productos industriales de los países del norte, entre otros, Alemania, Francia, Holanda y Bélgica.

 

A nivel más global, la Agenda 2030 (y sus 17 objetivos de desarrollo sostenible) es la que denominan hoja de ruta del sistema capitalista como medio para conseguir un desarrollo global y humano sostenible; parece una broma que nos gastan con este instrumento teórico quienes destrozan la naturaleza y la vida, no hay mucho que descubrir para ver que es una forma mentirosa e hipócrita de promoción ideológica, bajo el paraguas de papel de que hay que combatir el calentamiento global, los conflictos sociales o las crisis económicas; con esta Agenda se materializan desde la UE y otras Instituciones Globales unos acuerdos y directivas que van acabando poco a poco con las pequeñas y medianas explotaciones agrarias y ganaderas. No es otra cosa que ocultarnos la depredación que conlleva un sistema político, económico y social en manos de las Multinacionales y los grandes Fondos de Inversión.

 

La Unión Europea nos mete en guerras siguiendo el camino que le marcan los EEUU y la OTAN. Así, está enviando miles de millones de euros a un gobierno nazi como el de Ucrania, vendiendo armas al estado de Israel para que siga con sus crímenes en Palestina, en lugar de apoyar los sistemas productivos europeos. Estas políticas se aprueban en el Parlamento Europeo por los partidos que le controlan, los grupos europeos en los que se encuadran, PP, PSOE, VOX. En síntesis, la UE está liquidando la agricultura porque los alimentos vendrán de fuera de sus fronteras a precios más baratos lo que permitirá que los salarios en la industria de los países del Norte no suban y sus productos puedan mantener la competitividad frente a otras producciones internacionales.

 

La única salida que tiene hoy la producción agrícola y el desarrollo del mundo rural es la ruptura con las formas de gobierno que nos someten al imperialismo, a las guerras, y nos encaminan al empobrecimiento generalizado de las poblaciones trabajadoras.  Estamos en manos de las grandes multinacionales y fondos de inversión, que nos gobiernan por medio de la Unión Europea y la Monarquía Borbónica. Desde ambas instituciones, el poder político garantiza la permanencia de todos los tics, leyes y aparatos y castas franquistas que nos siguen dominando.

 

Los partidos políticos bajo el régimen monárquico viven como su enorme burocracia a costa del estado, asegurando el poder real de las grandes empresas depredadoras e impidiendo el progreso y el avance social y democrático. Son una herramienta básica al servicio de las grandes empresas, tal y como estamos viendo ahora en nuestra región, especialmente con las energéticas que campan a sus anchas; ahora, invierten en instalaciones de energías renovables, placas solares que se extienden como hongos en el territorio extremeño, generalizando y normalizando, una lenta pero importante a futuro, destrucción de la producción, arrancando viñas y olivos, con pocos beneficios, en todo caso muy pasajeros para los extremeños y extremeñas.

 

Además, hay algo que se analiza poco y es que las Comunidades Autónomas y el mundo rural tienen muchas dificultades para cambiar, no ya porque sus gobiernos hagan pocos esfuerzos y se encuentren a gusto con el estado en el que están las cosas, sino porque dependen en buena medida de los presupuestos estatales y de las competencias legislativas que les atribuye el Estado. Esto sin contar los caciquismos y oligarquías locales muy activos y conservadores que salvo pocas excepciones giran en torno a las burocracias políticas de las corporaciones locales y comunidades autónomas.