La
Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas la impulsada en 1907 por Clara
Zetkin y la de 1910 en Copenhague que lideran Rosa Luxemburgo y la propia Zetkin,
constituyen el comienzo de un feminismo socialista ligado a las
reivindicaciones y esperanzas de emancipación de la clase obrera por la plena
igualdad. Fue esta conferencia la que
inició y finalmente consiguió la implantación del 8 de Marzo como día de lucha
en recuerdo de las huelguistas del textil asesinadas en Nueva York mediante un
incendio, que es uno de los episodios más crueles del movimiento obrero.
Tiene
pues este día de lucha en 2024 en el que las mujeres del mundo siguen teniendo
gravísimos problemas de desigualdad, explotación y esclavitud sexual,
acrecentados por el intento capitalista de borrar el sexo mujer, motivos
sobrados para ser una jornada reivindicativa.
La
doble explotación de la mujer trabajadora no ha disminuido a pesar de tímidas
medidas correctoras y el derecho al voto. La explotación sexual que de forma especial
afecta en Europa y el Norte mundial a mujeres inmigrantes pobres y racializadas
adquiere proporciones alarmantes. La desigualdad tiene un componente de clase
que la acrecienta y agrava. A todas estas situaciones hay que añadir las ideas impulsadas
por las fundaciones globalistas de los EEUU que tratan de borrar a la mujer añadiendo
nuevas formas de opresión, en este caso teñidas de modernidad liberal, es decir
neoliberal.
Los
negocios a costa de la explotación sexual como los vientres de alquiler son
blanqueados y tolerados por el Occidente judeo-cristiano. La hipocresía campa a
sus anchas. Pero también espoleada por la extrema derecha, por culpa de la
división generada por actores extraños al feminismo, el negacionismo de la
violencia contra las mujeres sube y lo hace de forma escandalosa entre los más
jóvenes. Las mujeres son asesinadas y violadas, abusadas y humilladas por ser
mujeres. Es terrible el número de asesinatos contra las mujeres, que nadie se
toma en serio cortar de una vez.
En
el estado Israel miles de mujeres han sido asesinadas con sus hijos por ser
mujeres palestinas y a sabiendas de sus ejecutores israelíes. Las mujeres palestinas
siempre han sido una pieza fundamental de la resistencia de un pueblo a
desparecer a pesar de la limpieza étnica que sufre desde 1948 y que va a más
con la complicidad de la OTAN y la Unión Europea. Llamar a la solidaridad de
toda la clase trabajadora con las mujeres del mundo.
Reivindicar
el final de la esclavitud sexual en todas sus facetas y seguir luchando por los
derechos femeninos y sus nuevos retos, no menores al del derecho a voto. Por su
derecho a la tranquilidad, el trabajo bien remunerado, el final de la
injusticia en las pensiones de jubilación y el escándalo de las de viudedad.
No
nos olvidamos de las agricultoras, ganaderas y jornaleras del campo a las que
la Unión Europea con el apoyo de los gobiernos quiere hacer desaparecer
destruyendo trabajo y soberanía alimentaria.
La
clase obrera debe ser plenamente solidaria con las mujeres. Apoyar sus justas
reivindicaciones y saber que son la parte en este momento más combativa, tal y
como Kellys y limpiadoras, entre otras muchas, ponen de manifiesto.
Por
todo esto y todo lo expuesto este día de lucha nos anima a seguir batallando
por la plena igualdad.
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