En
los barrios y pueblos de nuestra geografía, los trabajadores, los jóvenes, los
jubilados no dejan de preguntarse dónde están los dirigentes sindicales a la
hora de defender los derechos laborales y la seguridad en el trabajo, cuando
pierden condiciones de vida y trabajo. Constatando que los dirigentes políticos
qué han votado para defender sus derechos no gobiernan a su favor.
El
derecho social a la vivienda, a la educación, acabar con la reducción de médicos
en los centros de mayores y con las listas de espera, etc. es imposible cuando
se aprueban recortes sociales y privatizaciones que destruyen todo lo público; tampoco
se hace nada para que los alquileres y las hipotecas no ahoguen la mayoría de
los salarios y pensiones, mientras que los bancos y grandes empresas baten
récords de beneficios. Todo esto envalentona a los partidos de derechas y
extrema derecha, que no son sino expresiones diversas del franquismo, que se
han recreado en nuestra sociedad gracias al régimen del 78, caldo de cultivo de
todas las formas de reacción contra las clases populares.
Por
mucho que la política oficial lo trate de ocultar, el régimen de la monarquía
española es incompatible con la voluntad popular, con la democracia y el
laicismo, con las aspiraciones de trabajadores y pueblos, sometido a la OTAN y
a la Unión Europea; el régimen borbónico está bendecido por la Ley de leyes, la
Constitución del 78, montada por quienes pactaron en base a la herencia
monárquica y religiosa del dictador, consolidando y estabilizando la herencia y
la impunidad de los crímenes franquistas, los acuerdos con el Vaticano, la vía
libre a las bases americanas, y juntamente con ello, asegurando los privilegios
de las clases dominantes.
El
Gobierno de coalición del
PSOE y SUMAR, que es en realidad un gobierno al servicio de la monarquía, es
incapaz de reunir los apoyos parlamentarios necesarios para intentar la
aprobación de leyes y de los mismos Presupuestos Generales. Presupuestos que encierran
grandes gastos militares y de guerra que les vienen impuestos por los acuerdos con
los EE. UU., y por la pertenencia a la UE y la OTAN. Sin embargo, el bloqueo
político impide la resolución de los graves problemas del país como es el caso
de los imponentes daños causados en el País Valenciano por la combinación de la
incompetencia política y la DANA. Las alianzas políticas están en buena medida
quebradas y más pronto que tarde habrá convocatoria de elecciones para elegir
nuevamente entre conservadores y progresistas.
La
demanda republicana, de Cortes constituyentes y soberanas con todos los
poderes, debe constituirse en el aglutinante de todas las demandas democráticas
y sociales de la mayoría social, y por tanto en la principal reivindicación política
por la abolición del régimen del 78 y de la Monarquía.
La
Unión Europea cumpliendo los designios de la OTAN se ve en la necesidad de
duplicar el gasto militar de cada Estado miembro, pasando de 2 al 4% del PIB.Y
el secretario general de la OTAN no esconde el problema:” Es hora de pasar a
una mentalidad de guerra”.
A
nadie se le escapa que ello es incompatible con los gastos de asistencia
social, con salarios y pensiones dignas. Los presupuestos de guerra se están convirtiendo
ya- como es el caso de Alemania, Italia, Grecia- en el centro de los conflictos
políticos fundamentales poniendo de relieve como la burguesía de cada país trata
de imponer por todos los medios a su alcance los gastos militares contra las
conquistas y aspiraciones de la mayoría social. Estamos convencidos de que sólo
la movilización popular impedirá la escalada militar, el baño de sangre al que
las grandes potencias quieren llevar a la humanidad, para ello hay que extender
y centralizar la movilización y la conciencia contra los recortes sociales y la
guerra.