Ahora todo el mundo tiene miedo a VOX. Los partidos progres
de la izquierda utilizan el recurso de VOX para pedir el voto. Lo que nos dicen
es que desde el Congreso de los Diputados o desde los Parlamentos se vence al
fascismo, cosa totalmente incierta. La experiencia histórica nos pone de
manifiesto que desde los Parlamentos no se vence al fascismo.
Durante estas legislaturas pasadas se ha hecho poco para
evitar que VOX crezca como la espuma, al contrario, de un modo u otro las
políticas públicas han creado condiciones para que creciera este partido.
Además, Los medios de comunicación han actuado como
plataformas de difusión de sus ideas entrevistando a sus líderes y haciendo
públicos sus propuestas y declaraciones monárquicas y reaccionarias, contra la
emigración, negando la violencia machista y el feminismo, contra las ayudas
sociales a los pobres y recreándose y difundiendo los valores que servían de
base espiritual y aclamación propios del período franquista.
Los partidos progres no entienden que el fascismo es un
recurso del capital cuando las cosas le van mal frente a la clase obrera, cosa
que ahora no ocurre y, por tanto, las élites económicas, los poderosos, no hay
dudas de que facilitarán el autoritarismo y el cesarismo, pero no darán paso a
la fase del capitalismo caracterizada por los gobiernos fascistas.
Lo que sí tenemos que entender, que el verdadero problema es
el capitalismo. Este sistema económico y social es el que genera los gobiernos
que según las circunstancias interesan al capital, y por tanto, es el sistema con
el que la clase obrera tiene que acabar.