El día 23 de julio están
convocadas las elecciones generales en España. Un buen número de las encuestas realizadas
por grandes los medios de comunicación manifiestan el cambio político. La
derecha y la extrema derecha van a ganar las elecciones formar gobierno.
No hay que sorprenderse
mucho de la caída del gobierno de coalición de Pedro Sánchez si tenemos en
cuenta que las políticas practicadas en nada han sido favorables a la mayoría
de la población, a la clase trabajadora. Las reformas laborales y los recortes en los
servicios públicos se han ejecutado en el marco de la Ley Mordaza y con el
beneplácito de las organizaciones sindicales de su majestad, CCOO y UGT, no se
han contrarrestado los elevados niveles inflacionarios del coste de la vida. Al
contrario, se han garantizado la paz y la estabilidad social para que las
grandes empresas y multinacionales libres de la presión obrera hayan llevado a
cabo una acumulación de plusvalía de proporciones gigantescas, sólo hay que
revisar los beneficios de los grandes entidades bancarias, empresas eléctricas
y gasistas, durante estos últimos años.
Sin lugar a dudas, el hipotético
gobierno de la derecha poco va a cambiar respecto a las políticas que ahora se
practican. Bruselas seguirá manteniendo las directrices de una agenda estructurada
en torno a la guerra, con los recortes en la sanidad y la educación, el impulso
a la concertación con los centros privados, favoreciendo a las entidades bancarias
y a las empresas eléctricas, incrementando la colaboración público privada
(administración-empresas), criminalizando las protestas, etc. todo se va a
seguir haciendo como hasta ahora, pero con una diferencia NOS DIRÁN QUE LO HACE
LA DERECHA.
Ante la amortización política
de Pedro Sánchez y el PSOE y para evitar su total defenestración además de
impedir o al menos frenar la llegada del fascismo aparece en escena la
plataforma política SUMAR que intenta una acumulación de fuerzas de la “izquierda”
en torno a Yolanda Díaz.
Sin embargo, el fascismo
no es un problema de un día, ni se va resolver votando a SUMAR para que dé sus
apoyos al PSOE. El fascismo se lleva gestando durante muchos años, el
crecimiento del monstruo fascista se ha estado alimentando de las políticas
practicadas durante estos años desde los gobiernos reformistas socialdemócratas.
Un problema de estas
dimensiones no soluciona simplemente votando a estos partidos políticos que se
llaman de izquierdas y que bien poco han demostrado mientras han estado en el
gobierno. Son partidos o plataformas como quiera llamárseles que no promueven
la organización revolucionaria del pueblo trabajador, no impulsan la
movilización sin complejos en las calles pues temen que se les tache de que no
son demócratas, avalan lo que ocurre con sus políticas conciliadoras y sus acuerdos
de estabilidad social.
Como ya hemos mencionado en
anteriores notas proponemos un llamamiento a la Abstención Activa puesto que no
podemos entregar el voto a los representantes del régimen como el PP, PSOE, VOX,
pero tampoco queremos avalar en las urnas a los partidos reformistas como SUMAR
que nos están demostrando que su preocupación más explícita va en los cargos y
puestos institucionales. Debemos
denunciar activamente esta situación, y no debemos conceder nuestro voto,
nuestra confianza, a ningún partido que participe y que continúe legitimando la
estructura del actual estado monárquico.