Hay una serie de
cuestiones que tenemos delante de nuestros ojos, por un lado, un pacto de los
partidos socialdemócratas para aupar a Pedro Sánchez al gobierno con la
aprobación de una promesa de amnistía que no está concretada ni mucho menos que
sólo beneficia a los políticos que intervinieron en el proceso catalán, dejando
de lado a muchos miles de personas que se enfrentaron a los desahucios, que fueron
denunciados por la defensa de sus derechos laborales, por poner en práctica su
libertad de expresión y opinión, que han quedado fuera de una Ley de Memoria
Histórica muy insuficiente y limitada, etc..
Por otro lado, una
reacción de los sectores de la derecha y ultraderecha, de los herederos del
franquismo, que aprovechan esta situación para ir contra la formación del
gobierno, adueñándose de las calles haciendo que sus ideas reaccionarias y
retrógradas ganen a la mayoría de la sociedad, tal y como estamos viendo.
Ante este estado de
cosas, ni el PSOE ni los partidos que se posicionan a la izquierda del PSOE dan
una respuesta a lo que está ocurriendo, al contrario, todos están callados,
están como de vacaciones y escondidos sin dar la cara, todos están esperando a
que Pedro Sánchez sea investido presidente del gobierno. Mientras tanto la
derecha se envalentona más y más, y como resultado se produce una derechización
de la política y se consolida una actitud más reaccionaria de la sociedad que
sólo beneficia a los grandes empresarios, grandes fortunas, directivos de la
banca y en general, a los dueños de la economía del país.
¿Cuál debe ser nuestra
posición política ante estos hechos?
Aunque somos pocos tenemos
que intentar organizar e impulsar un movimiento de respuesta que movilice,
denuncie e intente frenar públicamente este avance de la derecha.
Tenemos que convocar a
los partidos políticos PSOE, UP y a cuantas organizaciones sociales
consideremos para comenzar organizando una concentración de defensa de la
democracia, de los derechos laborales, de los derechos sociales (la vivienda,
el empleo, los servicios públicos), que exija la aplicación de la Ley de la Memoria
Histórica contra los gritos y actos fascistas, que elimine de una vez la Ley
Mordaza, etc.
Sin duda la amnistía no
es la que nos gusta, pero es un pequeño paso que pone de manifiesto la crisis
política del régimen. La derecha la está manejando a sabiendas de que la
denuncia de todo lo que sea contra Cataluña cala profundamente en la población,
y sirve como acicate contra la formación de gobierno. Todo lo que no sea su
gobierno no vale, y no es legal ni legítimo.
La amnistía viene a ser un lavado de cara del PSOE para mostrarse como
partido político progresista frente al acoso de la derecha. Sin duda, las
algaradas y manifestaciones de la derecha y extrema derecha están generando un
blanqueo del PSOE mostrándole como un partido de izquierdas. No obstante, hay
que tener en cuenta que ni siquiera la amnistía pactada –que veremos si
realmente se cumple– incluye a todas las personas represaliadas en Cataluña,
porque la represión va mucho más allá del proceso y hay que recordar que hay
miles más personas encausadas en Cataluña y en el resto del estado por luchas
laborales y estudiantiles, vivienda digna, por oponerse al machismo, al racismo
y a la homofobia, por luchas anti- represivas, etc. Además, en el resto del
estado existen muchos más presos políticos y represaliados que ni mencionan y
quieren esconder.
Hoy por hoy el régimen no necesita a PP y Vox en el gobierno para
imponer ese fascismo encubierto; ya se encargan el PSOE-Sumar y sus
colaboradores, que perpetúan todo tipo de atrocidades.
También tenemos que tener claro que la Europa que participa en
invasiones imperialistas con la OTAN, que convierte al Mediterráneo en una fosa
común de inmigrantes, que ayuda al sionismo a ocupar Palestina con un
genocidio, que tiene multinacionales explotando y saqueando brutalmente
numerosos países, que apoyó el yihadismo en Siria o que arma a los nazis
ucranianos, no nos salvará.
No hay más solución que dedicar esfuerzos a impulsar la lucha en
nuestras calles con un mensaje que se debe centrar en un llamamiento
a la defensa de las necesidades políticas y sociales de la población (la
vivienda, el empleo, los servicios públicos, la aplicación de la insuficiente Ley
de la Memoria Histórica contra los gritos y actos fascistas, que elimine de una
vez la Ley Mordaza, etc.). Este debe ser
el mensaje más importante que tenemos que poner en práctica en estos momentos,
al menos intentarlo.
Sólo fortaleciendo la organización y el movimiento revolucionario
conquistaremos los derechos y libertades que continuamente nos arrebatan con
violencia. Es urgente el fomento de la unidad en torno a la solidaridad y el
combate por un programa verdaderamente democrático-popular, que incluye la
salida de esta Unión Europea explotadora, represora e imperialista. Cómo es
urgente denunciar alto y claro que bajo este “nuevo” gobierno continuaremos
igualmente oprimidos en todos los sentidos
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