jueves, 16 de noviembre de 2023

NOTAS SOBRE LA ACTUALIDAD POLÍTICA

 

Hay una serie de cuestiones que tenemos delante de nuestros ojos, por un lado, un pacto de los partidos socialdemócratas para aupar a Pedro Sánchez al gobierno con la aprobación de una promesa de amnistía que no está concretada ni mucho menos que sólo beneficia a los políticos que intervinieron en el proceso catalán, dejando de lado a muchos miles de personas que se enfrentaron a los desahucios, que fueron denunciados por la defensa de sus derechos laborales, por poner en práctica su libertad de expresión y opinión, que han quedado fuera de una Ley de Memoria Histórica muy insuficiente y limitada, etc..

Por otro lado, una reacción de los sectores de la derecha y ultraderecha, de los herederos del franquismo, que aprovechan esta situación para ir contra la formación del gobierno, adueñándose de las calles haciendo que sus ideas reaccionarias y retrógradas ganen a la mayoría de la sociedad, tal y como estamos viendo.

Ante este estado de cosas, ni el PSOE ni los partidos que se posicionan a la izquierda del PSOE dan una respuesta a lo que está ocurriendo, al contrario, todos están callados, están como de vacaciones y escondidos sin dar la cara, todos están esperando a que Pedro Sánchez sea investido presidente del gobierno. Mientras tanto la derecha se envalentona más y más, y como resultado se produce una derechización de la política y se consolida una actitud más reaccionaria de la sociedad que sólo beneficia a los grandes empresarios, grandes fortunas, directivos de la banca y en general, a los dueños de la economía del país.

¿Cuál debe ser nuestra posición política ante estos hechos?

Aunque somos pocos tenemos que intentar organizar e impulsar un movimiento de respuesta que movilice, denuncie e intente frenar públicamente este avance de la derecha.

Tenemos que convocar a los partidos políticos PSOE, UP y a cuantas organizaciones sociales consideremos para comenzar organizando una concentración de defensa de la democracia, de los derechos laborales, de los derechos sociales (la vivienda, el empleo, los servicios públicos), que exija la aplicación de la Ley de la Memoria Histórica contra los gritos y actos fascistas, que elimine de una vez la Ley Mordaza, etc.

Sin duda la amnistía no es la que nos gusta, pero es un pequeño paso que pone de manifiesto la crisis política del régimen. La derecha la está manejando a sabiendas de que la denuncia de todo lo que sea contra Cataluña cala profundamente en la población, y sirve como acicate contra la formación de gobierno. Todo lo que no sea su gobierno no vale, y no es legal ni legítimo.

La amnistía viene a ser un lavado de cara del PSOE para mostrarse como partido político progresista frente al acoso de la derecha. Sin duda, las algaradas y manifestaciones de la derecha y extrema derecha están generando un blanqueo del PSOE mostrándole como un partido de izquierdas. No obstante, hay que tener en cuenta que ni siquiera la amnistía pactada –que veremos si realmente se cumple– incluye a todas las personas represaliadas en Cataluña, porque la represión va mucho más allá del proceso y hay que recordar que hay miles más personas encausadas en Cataluña y en el resto del estado por luchas laborales y estudiantiles, vivienda digna, por oponerse al machismo, al racismo y a la homofobia, por luchas anti- represivas, etc. Además, en el resto del estado existen muchos más presos políticos y represaliados que ni mencionan y quieren esconder.

Hoy por hoy el régimen no necesita a PP y Vox en el gobierno para imponer ese fascismo encubierto; ya se encargan el PSOE-Sumar y sus colaboradores, que perpetúan todo tipo de atrocidades.

También tenemos que tener claro que la Europa que participa en invasiones imperialistas con la OTAN, que convierte al Mediterráneo en una fosa común de inmigrantes, que ayuda al sionismo a ocupar Palestina con un genocidio, que tiene multinacionales explotando y saqueando brutalmente numerosos países, que apoyó el yihadismo en Siria o que arma a los nazis ucranianos, no nos salvará.

No hay más solución que dedicar esfuerzos a impulsar la lucha en nuestras calles con un mensaje que se debe centrar en un llamamiento a la defensa de las necesidades políticas y sociales de la población (la vivienda, el empleo, los servicios públicos, la aplicación de la insuficiente Ley de la Memoria Histórica contra los gritos y actos fascistas, que elimine de una vez la Ley Mordaza, etc.).  Este debe ser el mensaje más importante que tenemos que poner en práctica en estos momentos, al menos intentarlo.

Sólo fortaleciendo la organización y el movimiento revolucionario conquistaremos los derechos y libertades que continuamente nos arrebatan con violencia. Es urgente el fomento de la unidad en torno a la solidaridad y el combate por un programa verdaderamente democrático-popular, que incluye la salida de esta Unión Europea explotadora, represora e imperialista. Cómo es urgente denunciar alto y claro que bajo este “nuevo” gobierno continuaremos igualmente oprimidos en todos los sentidos

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