miércoles, 15 de noviembre de 2023

La inutilidad del gobierno de María Guardiola para combatir las desigualdades sociales.

 


 Mientras que la presidenta de Extremadura prolonga a la opinión pública extremeña con bastante retórica y palabrería el fuego y la llama de la batalla política y social que a nivel del estado español libra la derecha y la extrema derecha contra la formación de gobierno por Pedro Sánchez, los precios de los alimentos y la vivienda suben haciendo la vida más difícil a las familias extremeñas.

Algunas Organizaciones sociales como Cáritas, están advirtiendo de que en estos momentos cerca de seis millones de personas están experimentando dificultades para acceder a una alimentación adecuada y nutritiva en España. En Extremadura, con mucha probabilidad este número supera ya el 30 % de la población, avanza hacia las 400.000 personas. Estas circunstancias provocan privaciones alimenticias que afectan al bienestar físico y mental de personas.

 

A la vez que hay una tendencia creciente a la disminución de los ingresos de las familias los precios de alimentos básicos suben sin control y a la vista de los gobiernos, incluido el regional del Extremadura.

 

Así, los precios del pan, la fruta fresca, el café, las legumbres y más han aumentado considerablemente, superando en algunos casos el 40% de incremento. El azúcar, los aceites y las grasas no se han quedado atrás y experimentan aumentos de niveles superiores al 50 y 60 %.

 

Otro aspecto que refleja el encarecimiento de la vida es el referente a la vivienda. Los gastos en vivienda que tienen que realizar las familias superan en muchos casos el 30 % que se considera el máximo a partir del cual disminuye el nivel de bienestar de una unidad de convivencia. Las dificultades para encontrar viviendas, el precio de los alquileres y la escasez de las mismas, se complica con el paso del tiempo, mientras que las políticas regionales y nacionales para superar este conjunto de barreras que agobian a las familias son inexistentes.

 

Este estado de las cosas esta incrementando las desigualdades sociales en Extremadura. Los estudios estadísticos señalan una disminución del gasto en educación y salud para atender las necesidades de alimentación y viviendas. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) más del 8 % de la población llega a fin de mes con serias dificultades

En el polo opuesto, la banca, los propietarios de los medios de producción, las grandes empresas están obteniendo beneficios supermillonarios. En definitiva, nos encontramos con un sistema político y social que necesita un cambio en sus estructuras económicas y una redistribución de la riqueza.

 

Lo que también observamos es que el gobierno de María Guardiola, al igual que hizo el gobierno de Vara, no va a acometer ninguna transformación económica que mejore la vida de la ciudadanía extremeña a pesar de su palabrería y retórica que parecen un disco rayado repitiendo siempre lo mismo, todo va a seguir igual hasta que la población trabajadora, los pensionistas y otros sectores populares de Extremadura no sean capaces de organizarse y movilizarse para dar la vuelta a esta situación.

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