Mientras que la presidenta de Extremadura prolonga a
la opinión pública extremeña con bastante retórica y palabrería el fuego y la
llama de la batalla política y social que a nivel del estado español libra la
derecha y la extrema derecha contra la formación de gobierno por Pedro Sánchez,
los precios de los alimentos y la vivienda suben haciendo la vida más difícil a
las familias extremeñas.
Algunas Organizaciones sociales como Cáritas, están advirtiendo de que en estos momentos
cerca de seis millones de personas están experimentando dificultades para acceder a una
alimentación adecuada y nutritiva en España. En Extremadura, con mucha probabilidad este número supera
ya el 30 % de la población, avanza hacia las 400.000 personas. Estas circunstancias provocan privaciones
alimenticias que afectan al bienestar físico y mental de personas.
A la vez que hay una tendencia creciente a la disminución de
los ingresos de las familias los precios de alimentos básicos suben sin control
y a la vista de los gobiernos, incluido el regional del Extremadura.
Así, los precios del pan, la fruta fresca, el café, las
legumbres y más han aumentado considerablemente, superando en algunos
casos el 40% de incremento. El azúcar, los aceites y las grasas no se han quedado
atrás y experimentan aumentos de niveles superiores al 50 y 60 %.
Otro aspecto que refleja el encarecimiento de la vida es el
referente a la vivienda. Los gastos en vivienda que tienen que realizar las
familias superan en muchos casos el 30 % que se considera el máximo a partir
del cual disminuye el nivel de bienestar de una unidad de convivencia. Las
dificultades para encontrar viviendas, el precio de los alquileres y la escasez
de las mismas, se complica con el paso del tiempo, mientras que las políticas
regionales y nacionales para superar este conjunto de barreras que agobian a
las familias son inexistentes.
Este estado de las cosas esta incrementando las desigualdades
sociales en Extremadura. Los estudios estadísticos señalan una disminución del
gasto en educación y salud para atender las necesidades de alimentación y
viviendas. Según
datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) más del 8
% de la población llega a fin de mes con serias dificultades
En el polo opuesto, la banca, los propietarios de los medios
de producción, las grandes empresas están obteniendo beneficios
supermillonarios. En definitiva, nos encontramos con un sistema político y
social que necesita un cambio en sus estructuras económicas y una
redistribución de la riqueza.
Lo que también observamos es que el gobierno de María Guardiola,
al igual que hizo el gobierno de Vara, no va a acometer ninguna transformación
económica que mejore la vida de la ciudadanía extremeña a pesar de su
palabrería y retórica que parecen un disco rayado repitiendo siempre lo mismo,
todo va a seguir igual hasta que la población trabajadora, los pensionistas y otros
sectores populares de Extremadura no sean capaces de organizarse y movilizarse
para dar la vuelta a esta situación.
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