1.- Una Extremadura Digna (UED-PSLF)
ya hizo saber que no nos presentábamos a las elecciones generales, entre otras
razones porque no teníamos medios económicos para ello. Sin embargo, considero
que hay algunas cosas más que los extremeños y extremeñas debemos tener en
cuenta en este nuevo proceso electoral que se abre en breves fechas.
Conviene recordar, en la historia
española, desde la Segunda República ningún gobierno dictatorial, conservador,
liberal o de centro izquierda ha tomado medidas políticas que intentaran sacar
del atraso y subdesarrollo a nuestra región, a Extremadura.
Durante la Dictadura y la llamada
Transición Democrática los diferentes gobiernos nos han mantenido en un sistema
colonial que ha facilitado la apropiación de nuestros recursos humanos y
naturales, la mano de obra y materias primas extremeñas, unas veces para
beneficios de aristócratas y latifundistas y otras para favorecer a una
burguesía industrial que invertía en otras zonas del territorio nacional.
2.- Después, en estas últimas
décadas las cosas han cambiado bien poco. En la actualidad las estadísticas nos
muestran que perdemos población y estamos en los niveles más bajos de empleo,
sanidad, educación, dependencia, transporte, renta per cápita, pensiones y
otros indicadores de los niveles de bienestar de una población. Los gobiernos
regionales y estatales siguen permitiendo la extracción de los recursos naturales
por parte de las grandes empresas eléctricas, fondos de inversión y monopolios
agrícolas.
3.- Ahora, ante unas elecciones
generales y hemos de definir nuestra posición política. Por un lado, tenemos una
coalición de partidos en el gobierno, que se llaman de izquierdas y se
califican como el más progresista de la historia democrática española. Sin
embargo, este ejecutivo gubernamental no
cumplió la mayoría de sus promesas electorales, ni la derogación de la ley
mordaza, ni la reforma laboral; ha sido un gobierno de coalición que ha recortado
la libertad de expresión y deja en la cárcel a quienes expresan su denuncia y rechazo
a la corrupción y robos de la monarquía; un gobierno militarista que aprueba los
mayores presupuestos militares y participa activamente en la guerra apoyando a
la OTAN y al fascismo ucraniano que ha ilegalizado a todos los partidos demócratas,
socialistas y comunistas de Ucrania sin que nadie diga nada; un gobierno que ha
subido los salarios siempre por debajo de los niveles de inflación, etc..
Respecto al denominado Bloque
Extremeño formado por un grupo de partidos regionalistas ya expresamos que
vienen a ser más de lo mismo. El objetivo es de sacar tajada del sentimentalismo
que pudieran tener los extremeños por las ofensas que reciben y las recibidas a
lo largo de los años, pero que en nada planteaban una crítica al modo de
producción capitalista ni a sus efectos en la sociedad, miseria, pobreza, ni desigualdades
sociales.
4.- La experiencia nos dice que
los diputados y diputadas, senadores y senadoras, que han ido por Extremadura
al Congreso y al Senado han tenido poca relevancia para beneficio de los
intereses generales de la población trabajadora extremeña; la posibilidad de
acceder a estas instituciones legislativas se ha considerado como un premio
individual a su lealtad al partido; en ningún caso, han roto las banderas de la
subordinación y sumisión a Madrid; por encima de todo se han servido de esta
representación para ejercer la función contraria a la que debieran realizar; es
decir, han sido interlocutores del Estado ante el pueblo extremeño para
convencernos de que debemos seguir siendo pasivos y aceptando decisiones alienantes
que nos mantienen como sufridores del sistema.
5.- Las grandes organizaciones
políticas, económicas, jurídicas, etc. que sostienen a la monarquía nos trasladan
el mensaje, por activa y por pasiva, de que tenemos que votar, que lo
importante es votar para asegurar y fortalecer a la democracia; repetitivamente
los medios de comunicación insisten que votando es como se da fuerza al sistema
democrático. Pero el quid de la cuestión, ¿de qué sistema democrático nos
hablan? estas organizaciones e instituciones lo que desean es la estabilidad y
permanencia de una democracia de ricos y pobres, de una democracia que siga permitiendo
las injusticias, las miserias, la pobreza, la explotación laboral, para nada
quieren modificar las bases materiales, culturales y espirituales de esta
sociedad en la que vivimos.
Además, en esta democracia
burguesa, las organizaciones políticas que la conforman están y gobiernan al
servicio de los Amos del Cortijo; son las que siempre ganan porque tienen todo
tipo de medios, porque las leyes les favorecen, porque la prensa y todos los
medios de comunicación les pertenecen y están de su lado, etc. Así, elecciones
tras elecciones, cada 3 o 4 años, se suceden en el gobierno del estado, unas a
otras, elecciones tras elecciones; nos gobiernan y colonizan de formas distintas
con pequeñas diferencias, pero siempre gobernando para que los Amos del Cortijo
puedan seguir acumulando riqueza y patrimonio.
6.- A pesar de todas las
dificultades nosotros tenemos que prepararnos para lanzar nuestros mensajes,
muy diferentes al de estos partidos al servicio de los AMOS DEL CORTIJO. Por
eso tenemos que organizarnos, acumular fuerzas para denunciar y movilizarnos contra
quienes sostienen a estas democracias burguesas que por la naturaleza de las
mismas llevan en su seno las desigualdades sociales.
Cuánta razón tiene el dicho de que
para que haya ricos es necesario que haya millones de seres humanos que
convivan en la pobreza y sean explotados y oprimidos. Ninguno de los partidos
políticos que se presentan a las elecciones en Extremadura lleva unas señas de
identidad y unos programas que se opongan a este tipo de democracia. Ninguno de
las organizaciones solas o en coalición pretenden alterar la función subalterna
de nuestra región. Por eso, aunque no participemos en estas elecciones
generales, y aunque nos abstengamos porque no tenemos a nadie que nos
represente tenemos que lanzar nuestros mensajes, esperando mejores tiempos.
Lo que tenemos claro es que con lo
único que se pueden modificar las decisiones para la población trabajadora
extremeña que ya tienen tomadas los grandes empresarios y poderes económicas
independientemente de quien gane estas elecciones, es trabajando en la organización
de un partido que desarrolle la lucha de clases y sea capaz de poner en marcha
la movilización popular en los centros de trabajo, en los centros educativos,
en las calles, etc.
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