” Salvo el
Poder, todo es ilusión”.
El reformismo socialdemócrata consigue en nuestros días que sus falsas
ideas de progreso y bienestar con el apoyo de los medios de comunicación tenga
una influencia importante entre la clase trabajadora, de tal modo que logra que
esta se conforme con las palabras, eslóganes y promesas que en ningún momento
se fundamentan en la realidad, sino que más bien provienen de la ciencia
ficción.
Recientemente se ha aprobado el Estatuto del Becario en el que han
tomado parte el Ministerio de Trabajo y las organizaciones sindicales apegadas
al régimen monárquico (UGT, CCOO). Este acuerdo se ha presentado a la opinión
pública como un gran avance social.
Según el texto definitivo las
prácticas curriculares (las integradas en el Plan de Estudios) que se
desarrollen durante el grado, máster universitario o doctorado no podrán
superar el 25% de las horas en que se concreten los créditos ECTS (Sistema
Europeo de Transferencia de Créditos) de la titulación.
En cuanto a las practicas
extracurriculares que son las que no son obligatorias para finalización del
grado, master o ciclo, que en un principio se había planeado su eliminación,
son las que han estado provocando más dificultades para el acuerdo. Las
prácticas extracurriculares también podrán acogerse al estatuto siempre que no
superen el 15% de las horas en que se concreten los créditos ECTS (Sistema
Europeo de Transferencia de Créditos) de la titulación.
En concreto, el
número de personas en prácticas no podrá superar el 20% de la plantilla total
del centro de trabajo y cada tutor designado para acompañar al estudiante en
prácticas no podrá tutorizar a más de cinco de manera simultánea. Para empresas
de menos de 30 trabajadores, el número de becarios será de tres.
El Estatuto del
becario no ofrece la obligación al empresario de pagar un salario, sí la
compensación de los gastos por desplazamiento al centro de trabajo en el caso
de que los becarios no reciban ayudas de otro tipo y el alta en la seguridad
social. También obliga al cumplimiento de los horarios de los convenios que en
el caso de las prácticas obligatorias se ajustarán por norma general a las
elaboradas por el tutor del centro educativo y el de la empresa, en el caso de
las extracurriculares a los convenios, etc.
La Coordinadora de Estudiantes de
Universidades Públicas ha mostrado su desacuerdo con el texto aprobado en
cuanto a que la remuneración de las prácticas es una de las principales
políticas para eliminar el fraude, así como para dignificar la actividad
formativa del estudiantado y permitir la permanencia de aquellas personas con
menor capacidad económica en sus estudios. Además, la Coordinadora considera
que “este texto no afronta las deficiencias en la calidad formativa de las
prácticas, no establece una remuneración justa ni suficiente que sirva como
mecanismo de protección de las personas con peor situación socioeconómica”,
Al margen de estas consideraciones burocráticas, el Estatuto del Becario
va más allá en su función social. Lo que
debemos considerar es que el hecho de hacer estas normas implica que a este
sector joven de la población se sitúa al margen del conjunto de la clase
obrera, porque si no fuera así, se las debería considerar dentro del Estatuto
de los Trabajadores.
El Estatuto del Becario no debe ser una vía legal para trampear el
cometido real, y transformarse en una forma de legalizar la división y el abaratamiento
de la mano de obra, alargando en todo lo posible la explotación laboral de los
jóvenes en las empresas. En definitiva, consideramos que todo lo que sea la
búsqueda de vías legales para la división de la clase trabajadora son
mecanismos para alienarla y exprimirla mucho más.
El Estatuto del Becario al igual que aquellas otras normas que regulan
los derechos laborales, será modificado y bordeado cuando interese a los
empresarios. Buenos ejemplos de estas actuaciones tenemos muchas, las reformas
del Estatuto de los Trabajadores o las que se refieren a las horas
extraordinarias y otras condiciones laborales que los capitalistas se las
saltan frecuentemente; no se pagan o se pagan a precios menores que lo acordado
en los reglamentos laborales.
La única respuesta que se puede dar a estas actuaciones del reformismo socialdemócrata
es apoyar la organización de los trabajadores y trabajadoras en los centros de
trabajo y a la juventud en los centros de estudios y universidades al objeto de
potenciar al movimiento estudiantil y al obrero para que pueda tener la
representación suficiente para influir en las medidas políticas y
educativas que les afecten.
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