Nosotros queremos
participar en estas elecciones porque consideramos que las sociedades
capitalistas, estas sociedades en las que vivimos, generan multitud de
injusticias y ante ellas no podemos hacer una dejación de funciones, tenemos
que implicarnos porque son necesarias todas las manos unidas para hacerlas
frente.
Nos consideramos necesarios
y por supuesto, obligados a seguir aportando nuestro granito de arena a este
combate contra los atropellos sociales y políticos, contra las tropelías que
sufren los más débiles por parte de las instituciones, para mejorar las
infraestructuras de los servicios públicos, sanidad, educación, pensiones,
dependencia.
Nos consideramos obligados a apoyar en la calle y en las instituciones las luchas de los trabajadores y
trabajadoras para mejorar sus condiciones laborales, su organización y
participación activa, y contra tanta burocracia.
Manifestamos que los
grandes partidos políticos quieren las instituciones para seguir disponiendo
del poder en beneficio propio; muchos de sus dirigentes hace tiempo que se
olvidaron de las necesidades de la población trabajadora y piensan más en los cargos
institucionales y en arreglar sus vidas particulares.
Estamos cansados de ver y
escuchar en los medios de comunicación promesas de grandes inversiones y el
manejo de mucha pasta para empleo, arreglo de calles, edificios y todo por un
gran amor al pueblo para resolverle sus problemas. El precio de esta propaganda,
en su mayor parte vacía, son los votos.
Ha sido, y sigue siendo
una práctica común que cierta gente se aproveche de sus puestos en las cúpulas de
poder de los Organismos Públicos. Desde estas posiciones institucionales han
distribuido y distribuyen los presupuestos públicos a su antojo beneficiando a
unos pueblos y dejando sin nada a otros, siempre con el objetivo de obtener apoyos
electorales en sus localidades para mantener su prestigio público y seguir en el
vértice del poder. Estos comportamientos de despotismo y nepotismo han reproducido
con fuerza la semilla del caciquismo en la vida local.
Cada vez somos más conscientes de que toda la normativa que
incluye la documentación que se pide para conceder una renta mínima de inserción,
un ingreso mínimo vital, una vivienda, un trabajo temporal de días, una ayuda de
alquiler o una ayuda social para alimentación, pago de la luz, etc. son
elementos que forman parte de todo un conglomerado de control social y
criminalización que funciona armónicamente contra la gente más pobre. No hay interés alguno en solucionar de verdad los problemas que acarrea la pobreza. Los
empadronamientos, certificadosde penales, registros matrimoniales, convenios
de separación, fe de vida, nóminas de antaño, cursillos de formación, títulos académicos, etc., forman parte del control social y
criminalización de la pobreza en los archivos de las diferentes instituciones públicas,
la Seguridad Social, Agencia Tributaria y como no de la Policía.
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