La burguesía española y
mundial con una guerra cultural enloquecida desde todos los rincones y medios
de comunicación nos quiere imponer a toda la población el punto de vista de sus
intereses, lo que en buena medida están consiguiendo.
Desde la crisis de 2008 las economías capitalistas han
disminuido notablemente la inversión productiva por su baja rentabilidad y se han
centrado en la especulación financiera, mercado de bonos, acciones,
criptomonedas. No satisfechas con las ganancias, y al igual que ocurrió en
situaciones precedentes a las guerras mundiales, organizan guerras militares,
culturales y económicas con el fin de apropiarse de los recursos económicos y
materiales básicos de otros países, y hacerse las dueñas de los mercados.
Las políticas de
sanciones que aplican para hundir a sus rivales, se vuelven como un búmeran contra
la ciudadanía, en este caso, como está ocurriendo en España y Europa, provocando
un encarecimiento general de los productos básicos de consumo humano. Todo esto
se agravará una vez que el gobierno de Pedro Sánchez, siguiendo con su
subordinación y vasallaje a los intereses del imperialismo yanqui y la OTAN, reduzca
los presupuestos destinados a gastos sociales para incrementar los presupuestos
destinados a gastos militares y de este modo, fortalecer la industria armamentística.
El aparato mediático gubernamental,
los políticos del gobiernillo autonómico regional y personajes de la oligarquía
bancaria anuncian tiempos difíciles para las clases trabajadoras y sectores populares
recomendándonos que tendremos que apretarnos el cinturón por culpa de la guerra.
Este estado de cosas beneficia política y económicamente a quienes así se
pronuncian, haciendo el juego a las fracciones de la burguesía mejor situadas en
el panorama económico, especialmente a las relacionadas con la industria
militar o la especulación financiera.
Lo que no tiene dudas es
que mientras que una minoría continuará incrementando sus ganancias a base de multiplicar
exponencialmente todas las explotaciones, opresiones y dominaciones posibles, otros
sectores sociales como trabajadores, autónomos, agricultores y en general
sectores de la pequeña burguesía irán a la bancarrota y a la ruina.
La
única salida para poner fin a las crisis económicas, y a las guerras que
provocan las peleas entre los capitalistas por dominar la economía se producirá
cuando las clases trabajadoras de los diferentes pueblos se movilicen y lleguen
al poder político, poniendo en marcha un desarrollo pacífico de la sociedad
humana. En estos momentos se impone la necesidad de la movilización por la Paz
y una Conferencia Internacional contra las guerras.