El anteproyecto de Ley llamado de Memoria Democrática es un
ejemplo de libro de mantener más de 80 años de impunidad, de ellos, cuarenta
años de supuesta democracia.
El Anteproyecto se encuentra aparcado en el Congreso al
constatarse que no existe una mayoría que la apruebe. El texto es un refrito
mal guisado de la Ley de la Memoria de Zapatero con un lenguaje destinado solo
a confundir.
De entrada, es un texto que lo que promueve es la impunidad de
Estado. Comienza por decir que se estructura en torno al protagonismo y la
reparación integral de las víctimas de la Guerra Civil y la Dictadura, cuando
ni siquiera reconoce los derechos de las víctimas de las políticas
internacionales, establecidas por la ONU, de verdad, justicia y reparación.
Un texto que se fundamenta en la no condena del franquismo
como régimen criminal, y en la protección de sus leyes y sus secretos, en buena
medida aún vigentes, y de sus instituciones en el poder que carecen de toda
legalidad y legitimidad democrática.
No declara la nulidad de las condenas y sanciones a efectos
judiciales, por tanto, habla de una nulidad que no es sino papel mojado.
De esta ley se han dicho muchas cosas, pero lo más injusto
es plantear que es un asunto sólo del PSOE y no un asunto del Gobierno. Al
respecto hay que recordar que el texto, tal como está, fue aprobado por todos
los portavoces de los partidos que conforman el Gobierno de coalición.
La mayoría de electos tienen en sus manos la necesidad de
depurar responsabilidades del Estado cloaca, estableciendo un verdadero giro
político democrático de ruptura con el mundo corrupto de la Monarquía. El
asunto de los espías del régimen pone al descubierto las políticas del Gobierno
y del régimen del 78. El pueblo, los pueblos, tienen derecho a decidir para
resolver los problemas que le afectan. Por ello. el próximo día 14 se convoca a
participar en la consulta popular entre Monarquía o República
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