El capitalismo por medio de los partidos de derecha y extrema
derecha extiende la idea de que los inmigrantes se aprovechan del gasto público
del Estado utilizando bulos y mentiras, orientando esta propaganda como un
elemento más del mecanismo utilizado para ganar el voto de los sectores más
desfavorecidos de la sociedad.
Pero la realidad es muy diferente. Los inmigrantes son
necesarios para el capital son parte de la mano de obra barata que está sosteniendo
industrias tan importantes como la textil o la agricultura, y que tiene un peso
importante en otros sectores, si se quiere menores en términos del PIB, aunque
relevantes socialmente, como el de los cuidados a ancianos, limpieza doméstica
y hostelería. En
definitiva, los capitalistas los exigen para incrementar la producción de más
plusvalía y ahorrar gastos.
Por otro lado, los partidos que se llaman de
izquierdas y que son la otra pata que sostiene al régimen monárquico en el
sistema capitalista español, cuando están en el poder, y ahora lo están en
España y en Extremadura no hacen lo que escriben en sus programas electorales,
no resuelven los problemas de las clases trabajadoras y de los sectores
socialmente más desfavorecidos, lo que crea la desilusión y la falta de
confianza.