Texto como documento como elemento de debate:
Consideramos en el texto varios asuntos:
1) Las organizaciones patronales actuales en el campo extremeño, un
sencillo y simple comentario sobre su idiosincrasia y los grupos sociales a los
que representan.
2) El papel de la UE marcando las directrices en la agricultura y su
repercusión presente y futura en la agricultura extremeña.
3) La necesidad de la reorganización sindical superando el actual
esquema tradicional de los sindicatos oficiales con nula influencia en la clase
obrera a nivel social, pero con presencia institucional.
4) La necesidad de que elaboremos una mínima tabla reivindicativa
salarial para hacerla llegar a todos los compañeros que trabajan en el campo
para que se difunda con las limitaciones y de las formas que tenemos
actualmente (redes sociales, wasap, etc..) y vayamos preparando el terreno.
1.- LAS ORGANIZACIONES DE AGRICULTORES Y CAMPESINOS DEL CAMPO EXTREMEÑO
En sentencia del Tribunal
Superior de Justicia de Extremadura se ha declarado nulo el convenio firmado el
pasado mes de junio. Las organizaciones firmantes ASAJA, UPA, de una parte, y
CCOO y UGT por parte de los sindicatos de trabajadores del campo carecían de
representatividad.
La asociación empresarial AFRUEX, que
representa a empresas del sector de la fruticultura y la horticultura se opuso
judicialmente por el hecho de que las partes negociadoras carecen de la
necesaria representatividad según el Estatuto de los Trabajadores. El Tribunal
estableció que las patronales ASAJA y UPA en conjunto carecen de la afiliación
necesaria, que ha de ser al menos del 10% del sector.
AFRUEX, con intereses
diferenciados de los firmantes del convenio del campo, representan la nueva
burguesía agraria, asociada a capitales foráneos, y ello en base a la
comercialización de la producción de frutas y hortalizas. En estos últimos años,
en nuestro territorio, toma fuerza la ley tendencial hacia la concentración de
la tierra con la compra de las pequeñas propiedades que no pueden mantenerse en
el mercado con los precios que se imponen desde la red de grandes empresas
comercializadoras ligadas a las multinacionales de las grandes superficies.
ASAJA, organiza el sector
tradicional de los grandes propietarios agrícolas y ganaderos que, es el sector
agrícola más conservador, con fuerza social sobre todo en las comarcas de
Tierra de Barros y Mérida, y en Cáceres; la organización UPA, tiene sus socios
entre pequeños agricultores. Otras organizaciones patronales más recientes son
la Unión y ASEPREX, con representación entre pequeños agricultores en las zonas
de Trujillo, Miajadas y las Vegas Altas del Guadiana.
2.- LAS POLÍTICAS DE LA UNIÓN EUROPEA
Se conoce un trasvase cotidiano
de pequeñas propiedades a la gran patronal, vía compra venta, que se viene
produciendo por los bajos precios de los productos del campo, muy inferiores a
los costos de producción; lo que implica el abandono de los cultivos y tierras
que caen en manos de las multinacionales, provocando un rápido proceso de
concentración de tierras cultivables que, lleva a la centralización de buena
parte de la producción agrícola y ganadera en pocas manos.
En el origen de esta situación
hemos de señalar las políticas agrarias de la Unión Europea que los gobiernos
nacionales y regionales-autonómicos ejecutan sin pestañear, favoreciendo los
bajos precios y la sobreexplotación, financiando y favoreciendo a las grandes
empresas y propiedades en contra de los pequeños agricultores y ganaderos.
Políticas de la Unión Europea que
a pesar de que son las culpables de la ruina de los pequeños propietarios,
tienen bastante influencia ideológica en el medio rural, de tal modo que hay
organizaciones sindicales que culpabilizan de su empeoramiento permanente de sus
condiciones de trabajo y vida a los jornaleros y jornalera agrícolas sin
tierra. No llegando a comprender que, no son los salarios de los jornaleros los
que arruinan a los pequeños agricultores, que por contra es el capital y las
políticas contra los agricultores de la Unión Europea las que les llevan a su
desaparición.
La Política Agraria Común de la
Unión Europea es la que esclaviza el campo extremeño estableciendo los elevados
costes de los inputs agrarios y ganaderos en manos de las multinacionales.
3.- LA NECESIDAD DE LA REORGANIZACIÓN SINDICAL
Hay que decir, que las
condiciones laborales que establecía el convenio del campo que ahora se ha
anulado por sentencia judicial no era favorable a los intereses de los
jornaleros y jornaleras, y especialmente a los/as eventuales que no pueden
trabajar todos los días laborables del mes, y no alcanzan ni mucho menos la
cuantía del salario mínimo interprofesional.
El convenio que, se adaptaba a los intereses
del sector de patronos más tradicional del campo extremeño, dado que ni CCOO,
ni UGT representaban las demandas de los trabajadores, y aún menos en la mesa
de la negociación colectiva, ha sido anulado para favorecer al gran capital
agrícola que poco a poco se asienta y apodera de Extremadura.
Recordemos que en los acuerdos
del convenio no había ni tabla salarial que fijase los salarios
correspondientes a las diferentes tareas del campo, junto a aspectos tales como
la disminución del valor de las horas extraordinarias…
Ahora las negociaciones laborales retroceden a
nivel individual y/o de empresa.
Después de esta decisión judicial, las
referencias básicas que tiene la clase obrera agrícola es el salario mínimo al
que no se debe renunciar y las horas reflejadas en el convenio anterior, 1768
horas, 6,5 horas al día, que viene a traducirse como mínimo en unos 49 euros,
con los minutos de descanso habitual, y las cantidades que se vinieran cobrando
en las diferentes tareas agrícolas, a los que no pueden renunciar.
Y lo más importante y urgente para los
jornaleros y jornaleras es la construcción de un instrumento poderoso que
permita la lucha y la defensa de sus intereses de clase; es decir, todo
lo dicho plantea la necesidad de la reorganización sindical de los trabajadores
para la defensa efectiva de sus reivindicaciones y aspiraciones sociales,
superando la falta de representación real tanto de CCOO y UGT en el campo
extremeño. Y más ahora sin convenio, cuando la patronal intentará tirar por los
suelos los salarios y condiciones laborales, con el falso argumento de que son
los salarios de los trabajadores los que están arruinando las empresas
agrarias.
Por lo que hay que evitar por todos los medios
que todo ello lleve a un nuevo impulso de la economía sumergida, de la
contratación en las peores condiciones para los/as trabajadores. La economía sumergida es un pilar del caciquismo; son dos caras de la
misma moneda; el caciquismo es un parásito que vive a lomos de las necesidades
del pueblo.
La reorganización sindical es la salida
necesaria para los trabajadores, lo que exige para la negociación del nuevo convenio
poner en marcha un plan de acción en forma de tabla reivindicativa aprobada en
asambleas de tajo y de las localidades agrarias, a presentar como demanda a
todas las patronales, impulsando la aspiración a la Reforma Agraria, cómo
elemento vital para defender el futuro y la supervivencia de Extremadura; para
cambiar la realidad, y abrir la vía del progreso económico y social de nuestra
tierra.