lunes, 11 de enero de 2021

TRUMP FRACASA EN SU GOLPE

 

Las elecciones en los EEUU han venido precedidas y condicionadas por importantes movilizaciones sociales y políticas contra la represión y el racismo de los sectores más explotados y oprimidos que, tuvieron lugar ante el asesinato policial de George Floyd. Un movimiento de fondo que ha polarizado a toda la sociedad y a condicionado las mismas elecciones.

 La pandemia del coronavirus se concentra sobre todo en los EEUU en las barriadas de trabajadores y emigrantes donde la cobertura sanitaria es casi inexistente, y donde el contagio del virus es más fácil por las pésimas condiciones de vida y trabajo que soporta este gran sector de la población. Cuarenta millones de trabajadores venían a perder en esos días sus puestos de trabajo en medio de una fortísima recesión económica.

Todas las instituciones del capitalismo imperialista se sintieron amenazadas por las exigencias de justicia y de disolución de los cuerpos policiales, y en primer lugar el movimiento radicalizado afectó de lleno al “trumpismo” y a sus principales valedores, a quienes obligo con sus movilizaciones a ocultarse en el bunker en la Casa Blanca.

La decisión de Trump de no aceptar -desde el primer momento- los resultados electorales que le eran desfavorables, formaba parte de una estrategia política de tipo golpista que se ha ido desarrollando a través de un guion preestablecido ; tanto en lo jurídico como en lo político.

 El Estado imperialista norteamericano que tantos golpes de Estado ha preparado en la historia a lo largo del mundo, no lograría en esta ocasión reunir las condiciones mínimas para llevarlo a término. La concentración de unos pocos miles de seguidores en el Capitolio, venidos de todas partes, en el momento del acuerdo institucional sobre el ganador de las elecciones- aunque contara con alguna complicidad policial- no reunía las condiciones políticas suficientes para evitar la proclamación del candidato del partido Demócrata, a todas luces ganador de las elecciones. Y con más apoyos en los sectores del poder.

 La decadencia imperialista y la división política interior, agravada por la crisis y recesión se daban cita en las elecciones, como también el el fracaso cosechado por el intento golpista de Trump. Demócratas y Republicanos que, como partidos oficiales del sistema concentran el poder político con estrategias enfrentadas, correspondiéndose a visiones distintas de los grandes grupos empresariales, de las multinacionales que dominan buena parte de la economía mundial: mientras que los primeros- los demócratas- pretenden prolongar el globalismo fracasado por la competencia de terceros ;los otros- los republicanosapuntan a refugiarse en sus posibilidades competenciales haciendo valer su dominio internacional.

El general francés Delawarde, colaborador y aliado de los EEUU en el ámbito de la OTAN explica dicha división política entre demócratas y republicanos de estos momentos en los siguientes términos: “Desde el fracaso de Hillary Clinton en las elecciones presidenciales de 2016, Estados Unidos se ha dividido profundamente en dos bandos irreconciliables que se detestan y se han enfrascado en una lucha a muerte”.

Los ” patrioteros” que han ganado a la mayoría de los republicanos, y los globalistas que pretenden mantener las instituciones y privilegios que les otorgó los acuerdos establecidos tras la Segunda Guerra Mundial…. El F.M.I, El Banco Mundial, el G20, y demás expresiones del poder del imperialismo norteamericano. Muy vinculados a las políticas de armamentos y a la misma extensión de la política de guerra, como expresión de la política internacional de dominación imperialista.

 La participación directa de Trump en la preparación de la intentona golpista tendente a paralizar la ratificación de las elecciones por las cámaras ha sido un movimiento muy arriesgado, aunque protegido institucionalmente detrás de las competencias presidenciales, que tendrá seguramente nuevos desarrollos, tanto políticos como judiciales. Participación que podría acabar con Trump en la cárcel, mientras que el trumpismo tendría las condiciones de prolongarse como consecuencia del retroceso económico y de la división existente en el seno de la gran burguesía norteamericana, ello en función del desacuerdo acerca de su papel en el ámbito internacional como gendarme imperialista mundial.

 Los líderes demócratas del Congreso, encabezados por la presidenta, Pelosi, estarían por preparar un segundo “impeachment” contra Trump, si éste no dimite de inmediato, por sus responsabilidades penales a la hora de incitar al asalto del Capitolio. Buscando con ello cerrarle el paso a Trump para que no vuelva a

domingo, 10 de enero de 2021

 


La pandemia del Covid 19 es una demostración más de la crisis del capitalismo y su incapacidad para superarla de forma efectiva. En consecuencia sus plusvalías las van a intentar sacar de las y los trabajadores, con reducciones de empleo, mediante despidos masivos, cierres de empresas y el regreso a los mercados financieros, es decir bolsa y especulación, que no inversión y trabajo. 

Otra fuente de sus ingresos serán las privatizaciones estatales, es decir convertir los servicios públicos en negocio privado, hecho este en muy avanzado estado y que es la principal fuente de corrupción y ganancias para los poderes privados. En España hay un caso paradigmático que es Florentino Pérez, pero ni es el único, pues en ese negocio también participan multinacionales muy potentes. 

Otro ejemplo de libro, son las vacunas, que son necesarias, sí, pero un negocio al que los estados occidentales han contribuido de forma miserable pues han dado ingentes cantidades de dinero público a las farmacéuticas privadas, así como investigadores públicos y ahora son empresas privadas multinacionales las que sacan beneficio y especulan con las vacunas. La UE es la principal colaboradora, ignorando además investigaciones públicas en marcha- En España por ejemplo- y otras vacunas más baratas producidas fuera de Europa. 

La otra fuente de ingresos de grandes empresarios es el no pagar impuestos. La principal demanda de las patronales es no pagar impuestos y solicitar no ya préstamos a bajo interés sino subvenciones directas. Es decir los empresarios sobre todo los dirigentes empresariales que suelen ser grandes empresarios exigen no pagar impuestos, y ayudas directas, privatizaciones de servicios para así prestarlos ellos y cobrar por hacer lo que corresponde a las instituciones públicas y ganar dinero con la pandemia.

 Las grandes empresas solo subsisten ya a costa de robar y chantajear a los estados. Viven del pueblo trabajador, no solo como consumidores, sino como ciudadanía que paga impuestos sin rechistar. La última guinda es que la CEOE, ahora quiere poder despedir trabajadoras y trabajadores sin devolver el dinero que es la mínima condición para con el estado. Es decir, con quienes hemos sostenido los ERTEs con nuestro dinero y lo hacen porque saben de sobra que cuando los ERTEs acaben cientos, miles de empresas tienen preparados ya despidos y mientras tanto critican el gasto de las pensiones cuando millones de pensionistas pagan impuestos, consumen y sostienen a su vez a cientos de miles de familias y empleos. 

Y es que los capitalistas todo aquello que no sea su beneficio lo ven mal y lo combaten. Ahora esperan las ayudas europeas UE para repartírselas entre los sectores de siempre, muchos de ellos obsoletos y altamente contaminantes. Pero cuidado, esas ayudas tal y como están concebidas son deuda pública y por tanto son un rescate del sector privado que nosotras y nosotros acabaremos pagando. 

Esto es lo que debe denunciar un socialista y acabar con escándalos como el precio de la electricidad de otra mafia impune que nos atraca y exigir que la energía debe ser pública, por poner un solo ejemplo. 

Los parches socioliberales no van a frenar nada ni impedir la crisis capitalista que cada vez será más terminal y por eso se necesita del autoritarismo, de la extrema derecha, del trumpismo, de VOX del rey, el PP en España o del asalto al Capitolio en los EE.UU por parte de personas manipuladas ante el empobrecimiento al que la globalización les ha conducido a ellos y a la clase obrera europea y no olvidemos que la mayoría dominante en el Partido Demócrata USA está con la globalización neoliberal. Son el partido de la globalización y por tanto Biden no es la solución de los pueblos del mundo. Si el capitalismo es incapaz de satisfacer las necesidades humanas con empleo o no, entonces solo hay una alternativa, el socialismo. 

Los capitalistas ante la posibilidad de no  seguir dominando y enriqueciéndose a costa de lo que sea, preferirán la extrema derecha. Ahora, Biden ha sido el recambio de Trump, pero queda en la reserva la turba racista. Biden solo llega para garantizar la globalización y someter a Europa mediante la sumisión de sus élites, al objeto de controlar los mercados y poder competir sin estorbos, con las potencias asiáticas.

La otra cuestión que hace imperiosa la necesidad del socialismo, es la paz. Recordemos que la guerra es la opción preferida del capitalismo para superar sus grandes crisis y los cambios de época.