El Banco de
España se comporta como una institución política que orienta sus actuaciones
tomando partido por los intereses de las élites que controlan la economía
española. En este orden de cosas, su
máximo responsable ha venido a expresar que la subida del salario mínimo no ha
sido ni es conveniente para la economía española, porque incrementa el
desempleo y obstaculiza el progreso económico del país.
Sin duda,
estas manifestaciones tienen la intención de influir sobre el gobierno para
frenar o minimizar la subida del salario mínimo interprofesional que se quiere
aprobar en estas fechas, a la vez que ponen bien a las claras cuales son los
intereses de la burguesía española: “las condiciones laborales de la clase
obrera deben ser tales que permitan la mayor explotación laboral y la máxima
plusvalía”.
En contraste
con estas críticas a medidas salariales que pueden beneficiar a las clases
populares los responsables del Banco de España permanecen callados y no se les
oye crítica alguna a la subida de los precios de la luz, o a las elevadas
comisiones bancarias, o a los miles de millones que mediante ingenios
financieros legales o ilegales eluden a la hacienda pública los grandes
empresarios y personajes de la realeza, o las subvenciones millonarias
procedentes de Europa que van a las grandes corporaciones y a los patronos
agrícolas y latifundistas, etc.
Resulta
vergonzoso que personajes que tienen unos sueldos millonarios, que disfrutan de
pisos y chalets de lujo, de jubilaciones cobradas a precio de oro y de todo
tipo de privilegios y prebendas procedentes de los recursos del Estado tengan
la desfachatez de afirmar que salarios de 950 euros perjudiquen a la economía e
impidan el empleo.
Con la
amplia e intensa difusión mediática que tienen sus falsedades consiguen
distorsionar la realidad, confundir y equivocar a muchas personas que se creen
y defienden a pies juntillas las mentiras que pregonan estos explotadores y
gerifaltes del dinero.
En resumen,
la vida diaria nos muestra como el sistema capitalista dispone de múltiples
instituciones y recursos para conseguir que un trabajador profese adoración a
su explotador. La lucha ideológica en los múltiples terrenos de la vida social
es imprescindible y fundamental para avanzar en la superación del capitalismo.
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