viernes, 29 de enero de 2021

LA NECESIDAD DE LA REORGANIZACIÓN SINDICAL DE LA CLASE OBRERA AGRÍCOLA CON LAS PERSPECTIVAS DE LA REFORMA AGRARIA.

 

Texto como documento como elemento de debate:

Consideramos en el texto varios asuntos:

1) Las organizaciones patronales actuales en el campo extremeño, un sencillo y simple comentario sobre su idiosincrasia y los grupos sociales a los que representan.

2) El papel de la UE marcando las directrices en la agricultura y su repercusión presente y futura en la agricultura extremeña.

3) La necesidad de la reorganización sindical superando el actual esquema tradicional de los sindicatos oficiales con nula influencia en la clase obrera a nivel social, pero con presencia institucional.

4) La necesidad de que elaboremos una mínima tabla reivindicativa salarial para hacerla llegar a todos los compañeros que trabajan en el campo para que se difunda con las limitaciones y de las formas que tenemos actualmente (redes sociales, wasap, etc..) y vayamos preparando el terreno.


1.- LAS ORGANIZACIONES DE AGRICULTORES Y CAMPESINOS DEL CAMPO EXTREMEÑO

En sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura se ha declarado nulo el convenio firmado el pasado mes de junio. Las organizaciones firmantes ASAJA, UPA, de una parte, y CCOO y UGT por parte de los sindicatos de trabajadores del campo carecían de representatividad.

 La asociación empresarial AFRUEX, que representa a empresas del sector de la fruticultura y la horticultura se opuso judicialmente por el hecho de que las partes negociadoras carecen de la necesaria representatividad según el Estatuto de los Trabajadores. El Tribunal estableció que las patronales ASAJA y UPA en conjunto carecen de la afiliación necesaria, que ha de ser al menos del 10% del sector.

AFRUEX, con intereses diferenciados de los firmantes del convenio del campo, representan la nueva burguesía agraria, asociada a capitales foráneos, y ello en base a la comercialización de la producción de frutas y hortalizas. En estos últimos años, en nuestro territorio, toma fuerza la ley tendencial hacia la concentración de la tierra con la compra de las pequeñas propiedades que no pueden mantenerse en el mercado con los precios que se imponen desde la red de grandes empresas comercializadoras ligadas a las multinacionales de las grandes superficies.

ASAJA, organiza el sector tradicional de los grandes propietarios agrícolas y ganaderos que, es el sector agrícola más conservador, con fuerza social sobre todo en las comarcas de Tierra de Barros y Mérida, y en Cáceres; la organización UPA, tiene sus socios entre pequeños agricultores. Otras organizaciones patronales más recientes son la Unión y ASEPREX, con representación entre pequeños agricultores en las zonas de Trujillo, Miajadas y las Vegas Altas del Guadiana.

2.- LAS POLÍTICAS DE LA UNIÓN EUROPEA

Se conoce un trasvase cotidiano de pequeñas propiedades a la gran patronal, vía compra venta, que se viene produciendo por los bajos precios de los productos del campo, muy inferiores a los costos de producción; lo que implica el abandono de los cultivos y tierras que caen en manos de las multinacionales, provocando un rápido proceso de concentración de tierras cultivables que, lleva a la centralización de buena parte de la producción agrícola y ganadera en pocas manos.

En el origen de esta situación hemos de señalar las políticas agrarias de la Unión Europea que los gobiernos nacionales y regionales-autonómicos ejecutan sin pestañear, favoreciendo los bajos precios y la sobreexplotación, financiando y favoreciendo a las grandes empresas y propiedades en contra de los pequeños agricultores y ganaderos.

Políticas de la Unión Europea que a pesar de que son las culpables de la ruina de los pequeños propietarios, tienen bastante influencia ideológica en el medio rural, de tal modo que hay organizaciones sindicales que culpabilizan de su empeoramiento permanente de sus condiciones de trabajo y vida a los jornaleros y jornalera agrícolas sin tierra. No llegando a comprender que, no son los salarios de los jornaleros los que arruinan a los pequeños agricultores, que por contra es el capital y las políticas contra los agricultores de la Unión Europea las que les llevan a su desaparición.

La Política Agraria Común de la Unión Europea es la que esclaviza el campo extremeño estableciendo los elevados costes de los inputs agrarios y ganaderos en manos de las multinacionales.

3.- LA NECESIDAD DE LA REORGANIZACIÓN SINDICAL

Hay que decir, que las condiciones laborales que establecía el convenio del campo que ahora se ha anulado por sentencia judicial no era favorable a los intereses de los jornaleros y jornaleras, y especialmente a los/as eventuales que no pueden trabajar todos los días laborables del mes, y no alcanzan ni mucho menos la cuantía del salario mínimo interprofesional.

 El convenio que, se adaptaba a los intereses del sector de patronos más tradicional del campo extremeño, dado que ni CCOO, ni UGT representaban las demandas de los trabajadores, y aún menos en la mesa de la negociación colectiva, ha sido anulado para favorecer al gran capital agrícola que poco a poco se asienta y apodera de Extremadura.

Recordemos que en los acuerdos del convenio no había ni tabla salarial que fijase los salarios correspondientes a las diferentes tareas del campo, junto a aspectos tales como la disminución del valor de las horas extraordinarias…

Ahora las negociaciones laborales retroceden a nivel individual y/o de empresa.

 

Después de esta decisión judicial, las referencias básicas que tiene la clase obrera agrícola es el salario mínimo al que no se debe renunciar y las horas reflejadas en el convenio anterior, 1768 horas, 6,5 horas al día, que viene a traducirse como mínimo en unos 49 euros, con los minutos de descanso habitual, y las cantidades que se vinieran cobrando en las diferentes tareas agrícolas, a los que no pueden renunciar.

 

Y lo más importante y urgente para los jornaleros y jornaleras es la construcción de un instrumento poderoso que permita la lucha y la defensa de sus intereses de clase; es decir, todo lo dicho plantea la necesidad de la reorganización sindical de los trabajadores para la defensa efectiva de sus reivindicaciones y aspiraciones sociales, superando la falta de representación real tanto de CCOO y UGT en el campo extremeño. Y más ahora sin convenio, cuando la patronal intentará tirar por los suelos los salarios y condiciones laborales, con el falso argumento de que son los salarios de los trabajadores los que están arruinando las empresas agrarias.

 

 Por lo que hay que evitar por todos los medios que todo ello lleve a un nuevo impulso de la economía sumergida, de la contratación en las peores condiciones para los/as trabajadores. La economía sumergida es un pilar del caciquismo; son dos caras de la misma moneda; el caciquismo es un parásito que vive a lomos de las necesidades del pueblo.

 La reorganización sindical es la salida necesaria para los trabajadores, lo que exige para la negociación del nuevo convenio poner en marcha un plan de acción en forma de tabla reivindicativa aprobada en asambleas de tajo y de las localidades agrarias, a presentar como demanda a todas las patronales, impulsando la aspiración a la Reforma Agraria, cómo elemento vital para defender el futuro y la supervivencia de Extremadura; para cambiar la realidad, y abrir la vía del progreso económico y social de nuestra tierra.

 

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