13 marzo 2020
La innegable vulnerabilidad de un sistema enfermo
La crisis provocada por el coronavirus COVID-19 ha puesto de manifiesto las debilidades de un sistema globalizado ──convaleciente aún de un tratamiento de choque de austeridad en el gasto público── basado en el individualismo, las falsedades y el egoísmo. Y que, cuando se producen emergencias mundiales como la actual, perjudica fundamentalmente a las clases populares.
Una de las cosas que mayormente se han evidenciado ha sido LA IMPORTANCIA DE LO PÚBLICO. En los últimos días, estamos oyendo las voces de destacados neoliberales, que siempre han proclamado la excelencia del mercado y han criticado la labor del Estado, reclamando la ayuda estatal. Y es siempre así: en los buenos tiempos se defiende la primacía de las empresas y la gestión privadas para beneficio de muy poca gente. Pero cuando llegan las vacas flacas, se pide que acuda el Estado al rescate. Privatizar los beneficios, socializar las pérdidas. Hoy estamos sufriendo las consecuencias de la privatización de una banca pública que tanto echamos en falta.
Esto se ve claramente en los SERVICIOS PÚBLICOS y en la SANIDAD PÚBLICA, que en los últimos años ha sufrido fuertes recortes y privatizaciones, especialmente en las comunidades autónomas gobernadas por la derecha. Esta situación es muy grave en la Comunidad de Madrid, que es precisamente la más afectada por la pandemia del Covid-19. En Madrid hay 33 hospitales públicos y 50 privados. Y de los públicos, hay 5 que tienen gestión privada. Ahora, cuando hay que atender a toda la población, es cuando se comprueba la necesidad de destinar los fondos públicos a la sanidad pública. Ahora también queda clara la demagogia de quienes pregonan la caridad frente a la justicia social.
Los servicios públicos, tan necesarios, requieren que el Estado disponga de fondos suficientes para garantizar el bienestar social. Y aquí aparece la profunda lacra de una fiscalidad tan injusta como la española y la inmensa y negra sombra de LAS GUARIDAS O PARAÍSOS FISCALES. El dinero que allí está, para beneficio de muy poquita gente, debería estar aquí para dedicarlo a quien lo necesita. Es urgente tomar medidas para eliminar este mal de la economía mundial, como por ejemplo, desarrollar en España un Pacto de Estado contra el fraude fiscal.
En los últimos días, las Bolsas están ocupando las principales noticias económicas, transmitiendo a la población la sensación de pánico generalizado. En España, la CNMV acaba de prohibir las operaciones en corto. No es un mal paso, pero es insuficiente para frenar a los especuladores financieros que siempre sacan buena tajada de la volatilidad de los mercados bursátiles. Y es aquí donde también vemos lo imprescindibles que son para el bien común medidas como el IMPUESTO A LAS TRANSACCIONES FINANCIERAS, para frenar la especulación y establecer una regulación de la economía financiera que además pueda contribuir a aportar fondos al Estado para las necesidades sociales.
Esta crisis tendrá graves consecuencias económicas, sobre todo para las PEQUEÑAS Y MEDIANAS EMPRESAS, que son las que menos capacidad tienen de recuperarse. Estamos viendo cómo pequeños negocios, que afectan a todas las áreas de la economía, están cerrando sus puertas y sufriendo graves pérdidas. Lo mismo ocurre con multitud de TRABAJADORES Y TRABAJADORAS que están sufriendo las consecuencias de ERES y dejan de percibir sus salarios durante los días que no pueden trabajar. El Gobierno tiene que garantizar MEDIDAS DE PROTECCIÓN SOCIAL para estos sectores. por lo que ahora sería un buen momento para introducir una Renta Básica Universal. Es también el tiempo de exigir más a quienes más se han beneficiado del actual sistema impositivo, lo que se conseguiría mediante una profunda reforma fiscal.
Las imágenes obtenidas por satélite de la China paralizada por la epidemia muestran un paisaje limpio, como hacía años que no existía. La reducción de gases contaminantes industriales y de transporte nos lleva a pensar cómo sería una sociedad SIN TANTA CONTAMINACIÓN, con menos industria y coches, y mucho más respirable y beneficiosa para la vida. El nivel de gases de efecto invernadero también ha bajado, lo que demuestra que, si se quiere, se puede.
Es el momento de pensar otro mundo. Con una economía de cercanía y el abandono de los tratados de comercio e inversión que aumentan la desprotección social y la huella climática, y trasladan la capacidad de decisión democrática de la ciudadanía a las grandes corporaciones y los poderes financieros globales.
Hoy más que nunca se está demostrando también la importancia de los CUIDADOS, una labor muy poco apreciada ejercida principalmente por las mujeres. Esto nos debe servir para valorar el inmenso trabajo que ellas hacen, y para aprender a compartir el trabajo y los cuidados.
Un mundo en el que las voces neoliberales han defendido sin ningún pudor la importancia del INDIVIDUALISMO ha desatado un pánico que ha derivado en algunos casos de egoísmo injustificable, como hemos podido comprobar en las imágenes de supermercados desabastecidos. Frente a eso, también estamos viendo impresionantes ejemplos de SOLIDARIDAD, empezando por las personas que trabajan en la sanidad pública y siguiendo por los grupos de ayuda vecinal que se han formado en muchos barrios, siempre cumpliendo las medidas adoptadas por el Gobierno y las autoridades sanitarias
ATTAC CELEBRAMOS ESTE AÑO NUESTRO 20 ANIVERSARIO EN ESPAÑA. Y con este motivo habíamos programado muchas, y estupendas, actividades. Ahora, siguiendo las directrices recomendadas, hemos aplazado todas hasta que se restablezca la normalidad.
Luchamos por hacer posible otro mundo, UN MUNDO PARA VIVIR, NO PARA SOBREVIVIR. Y tenemos el convencimiento de que aún de las peores situaciones pueden sacarse lecturas positivas y aprovechar oportunidades.Este es el caso actual.
Mesa de Coordinación de Attac España