El sábado 24 de OCTUBRE se va a celebrar en la Alcazaba de
Mérida una conferencia sobre la Reforma Agraria organizada por la Asociación 25
de MARZO.
El objetivo de esta conferencia es propiciar el debate, así
como trabajar en la elaboración y difusión popular de un programa que ponga las
bases para la transformación económica y social de Extremadura y contribuir a recuperar
la memoria histórica de la lucha de un pueblo explotado por caciques y
terratenientes. En este orden de cosas, sería muy importante que uno de los resultados
finales de esta conferencia fuera la elaboración de un Anteproyecto de Ley de
Reforma Agraria para presentar ante la Junta de Extremadura y las Cortes
Generales.
La Asociación 25 de MARZO reivindica un hecho fundamental en
la historia de Extremadura: la sublevación unánime de más de 80.000 campesinos
extremeños ocupando pacíficamente más de 250.000 Has de tierras, el 25 de MARZO
de 1936.
Muchos fueron los conflictos históricos relacionados con las
estructuras de la propiedad y la explotación agraria a los que las
desamortizaciones y reformas liberales y republicanas de los siglos XIX, y XX quisieron
solucionar y que a veces complicaron.
Las modificaciones en la propiedad de los bienes de la
iglesia y de los bienes municipales rompieron relaciones feudales, pero
acentuaron el latifundismo agrario que actualmente se mantiene.
La reforma agraria representa un modelo económico y social necesario
para el progreso y el desarrollo del mundo rural. En este sentido se
pronunciaba el artículo 6 del Estatuto de Autonomía Extremeña que recogía como
uno de los objetivos de sus instituciones la transformación de la realidad
económica de Extremadura, mediante la industrialización y la realización de una
reforma agraria, entendida como la transformación, modernización y desarrollo
de las estructuras agrarias, que contribuyan al desarrollo y al empleo.
Este artículo fue eliminado en la reforma que se hizo en el
Estatuto de Autonomía por el PP y el PSOE en la Ley Orgánica 1/2011, de 28 de ENERO.
Sin duda, suponía para las fuerzas sostenedoras del régimen una hipótesis real,
un elemento ideológico peligroso que había que eliminar, y al menos ocultar del
conocimiento popular todos los vestigios que tuvieran que ver con aquella. En
definitiva, se trataba de dejar sin referencias, de borrar una de las luchas más
importantes que contempla la historia del pueblo extremeño.
A pesar de los intentos realizados por dejar sin memoria
colectiva a un pueblo, la semilla quedó en la tierra y la siembra que con tantas
dificultades realizamos desde los movimientos sociales generará nuevos bríos y abrirán
nuevos horizontes para el impulso de la lucha de clases y las conquistas económicas
y sociales.
La reforma agraria no es una cosa simple, es el combate por
ganar las ideas colectivas de un nuevo modelo de vida con los fundamentos de
una ambición práctica y real de justicia social. Todo ello, supone el triunfo
de una relación de fuerzas políticas y sociales favorables a las clases
trabajadoras y populares.
En definitiva, supone un amplio conjunto de medidas políticas
que comprenden el reparto y redistribución de la tierra en manos de los
latifundistas, la promoción del cooperativismo agrario y la soberanía
alimentaria, la reforma de la Política Agraria Comunitaria, la creación de una
Banca Pública y todo un conjunto de acciones políticas que mejoren el nivel de
vida del conjunto de la población del mundo rural.
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