Según ha revelado
la prensa, en pleno estado de alarma sanitaria las Fuerzas Armadas
españolas han adquirido 5 fragatas, 348 vehículos
blindados y 70 aviones cazas Eurofighter, por una cantidad total
de 7.331 millones de euros.
En su programa
de adquisición de material bélico, parece ser que se
encuentra otra partida para la compra de submarinos, helicópteros
y dos nuevos satélites militares, para la que hay
presupuestados 5.400 millones.
En total, si las
cifras no mienten, estamos hablando de 12.731 millones de
euros destinados a la compra, totalmente improductiva y carente
de fines humanitarios, de material bélico.
No hay excusa para
justificar este gasto en unos momentos en que se necesitan recursos materiales
para la lucha contra el Covid-19. Ni carros de combate, ni fragatas armadas, ni
aviones de ataque, ni submarinos, ni satélites militares que han sido adquiridos
sirven para este cometido…
Esos gastos
resultan más vergonzosos y sangrantes cuando son
ejecutados precisamente en un momento de bancarrota como
el que vivimos.
Parece ser que
todos estos «productos bélicos» se han encargado a una firma
norteamericana, la General Dynamics, experta en fomentar las guerras y el
terrorismo internacional, tal y como le requieren sus propios intereses
económicos.
Con esas partidas
presupuestarias se está actuando de manera cómplice con el crimen organizado
que practican las multinacionales que fabrican esas armas.
De este modo se
está enriqueciendo a un país, Estados Unidos, que practica abiertamente el
terrorismo internacional, que invade naciones soberanas y que asesina
impunemente a cuantos políticos y mandatarios se oponen a sus propósitos.
Estos
desproporcionados gastos militares son irracionales, precisamente en el momento
en que más falta hace ese dinero para tratar a los enfermos, vacunar a la
población y recuperar la economía.
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