La lucha contra la pandemia provocada por el coronavirus tiene
el riesgo de provocar una profunda crisis económica. La economía extremeña no
presenta síntomas de fortaleza y esta crisis sanitaria puede agravar las débiles
estructuras materiales en las que se apoya.
Debido al estado de alarma decretado por el gobierno, muchos sectores del
país están parados y, en particular, han cerrado jardines de infancia, centros
educativos y universidades, museos, teatros y cines, gimnasios, tiendas, bares.
Según las declaraciones del Presidente del Gobierno regional, Fernández Vara, los
empleados y empleadas de las administraciones públicas, a lo largo de la semana
iniciarían regímenes de trabajo telemático desde casa en los departamentos en donde
sea posible
Lo que está ocurriendo en otros países como Italia que llevan la
crisis más adelantada que nosotros nos da una semblanza de lo que se nos viene
encima.: “El turismo, tanto interno como externo, se ha reducido
radicalmente y ahora lugares como restaurantes y hoteles están cerrados y
vacíos, muchos trabajadores y trabajadores domésticos se ven obligados a no
trabajar y quedarse en casa, así como, los trabajadores autónomos, freelance, intermitentes….
Por tanto, el bloqueo laboral provocado por el virus va a tener terribles
consecuencias en la vida de hombres y mujeres, al igual que está ocurriendo en Italia.
En esta reducción de los empleos no nos podemos olvidar de los trabajadores inmigrantes
que difícilmente van a encontrar algún trabajo esporádico para mantenerse.
Las consecuencias que se
derivan de todo esto van a condicionar el pago de alquileres, hipotecas,
facturas, y en general, la compra para cubrir necesidades básicas como
medicamentos, toallas sanitarias, pañales y ropa, con el riesgo evidente de que
muchas de estas personas no puedan asegurar estos bienes y gastos necesarios
para su supervivencia.
Sobre las fábricas y las
cadenas de producción con cientos de empleados, según parece, no se ha dicho
nada oficial al respecto, permanecerán completamente abiertas y lógicamente, el
contagio y la salud de los trabajadores y las trabajadoras se puede resentir.
Otra cuestión, a la que las autoridades deberán prestar atención
es todo lo relacionado con la violencia doméstica. Los datos que se tienen de
China, con el confinamiento durante semanas en el hogar, ofrecen un crecimiento
notable de la violencia de género durante todo este proceso.
El presidente Vara ha hablado de algo importante y positivo que es la renegociación con las empresas farmacéuticas
para liberar fondos que permitan la contratación de un mayor número de personal
sanitario que asegure el buen funcionamiento de los hospitales y la atención
adecuada a las personas contagiadas.
Sin duda, las medidas económicas que se tomen deberán disponer
la asignación de fondos para el fortalecimiento de los servicios sanitarios y
la protección civil, pero también se deben tomar medidas económicas que puedan
permitir la extensión de las redes de seguridad social a todas aquellas
personas que por las circunstancias derivadas de la crisis sanitaria están
sufriendo ya los despidos o cierres de establecimientos.
Además, la situación excepcional generada por el coronavirus va
a obligar a las clases trabajadoras y sectores sociales más humildes, por
supuesto, a cumplir las instrucciones que las autoridades sanitarias dicten;
también, a organizar y preparar los mecanismos jurídicos, organizativos y
sindicales, y en general los métodos de lucha más apropiados para defenderse de
las circunstancias tan difíciles a las que pueden verse sometidas en los próximos días, y evitar que se cargue sobre
sus espaldas los resultados de la crisis económica y social que puede generarse
por la lucha contra él coronavirus.
El presidente del gobierno regional no puede olvidarse de
aquellos sectores que con más fuerza sufren las consecuencias del paro y la
precariedad, precisamente es en estos momentos cuando más necesaria es la ampliación
de la protección social.
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