NECESITAMOS UN PARTIDO PARA INFLUIR EN LAS
ESTRUCTURAS DEL ESTADO Y CAMBIAR LAS ACTUALES POLÍTICAS ANTISOCIALES.
1.
El neoliberalismo se impuso a finales de los
años 70 como solución a las crisis capitalistas que se presentaban en los
diferentes países como resultado de la disminución de la tasa de beneficio del
capital.
2.
Los Estados recurrieron a políticas basadas en
los recortes del gasto público y reformas laborales que acentuaron la disminución
del consumo y en consecuencia una mayor disminución de la tasa de ganancia. Los
capitales recurren a las actividades especulativas abandonando las productivas.
Desde entonces, la clase obrera y sectores de la clase media han sufrido un
empobrecimiento continuo con un incremento de la proletarización.
3.
La globalización con la libertad de movimientos
de los capitales y el desarrollo de las fuerzas productivas generalizó un
incremento de la división del trabajo, con una especialización productiva de
los territorios y los países. La reconversión industrial y la eliminación de
amplios sectores relacionados con la producción agroalimentaria pusieron a
nuestro país en una escala subalterna dependiente de los países del
norte de Europa y de EEUU.
4.
La construcción y el turismo fueron nuestros
salvavidas durante muchos años; con la crisis inmobiliaria del 2008 cayó la
construcción y ahora, ha caído el turismo que tardará en recuperarse algunos
años. Nos quedan pocas cosas de las que ir tirando.
5.
Las diferentes crisis a las que el capitalismo
ha llevado a la sociedad, a pesar de que se reconvierta y se recomponga tras
cada una de ellas van dejando un rastro de sacrifico y miseria que la humanidad no puede soportar más y nos obliga a que cuanto antes lo arrojemos al cubo de la basura de la historia.
6. La crisis inmobiliaria antes, y ahora la crisis sanitaria,
con las terribles y dramáticos efectos económicos y sociales, son pruebas concluyentes
de que con el modo de producción capitalista la sociedad vive en continua
zozobra e inestabilidad.
7.
Los intereses económicos de una minoría priman
sobre el bien común, sometiendo a los diferentes gobiernos para que
tomen medidas en su beneficio. La sanidad la han empobrecen con el objeto
de fortalecer el negocio de la sanidad privada. Ahora, se ven las consecuencias
de esas políticas realizadas por el PSOE y por el PP.
8. Las soluciones que deben tomar los representantes
de los Estados no pueden ser iguales que las de 2008. Esto no se va a resolver
con políticas keynesianas, ni con recortes en el gasto público, ni apretando
una vuelta de tuerca más a la clase obrera. Las políticas deben ser diferentes.
La ideología de muchos de nuestros dirigentes políticos les impide modificar
las sendas trazadas en anteriores ocasiones y buscar otras soluciones, ni
siquiera considerarlas, a pesar de la claridad y contundencia con las que saltan
a la vista, y de que son imprescindibles para superar el enorme problema
actual, comenzando por el sanitario.
9.
Nadie debe ser despedido de sus empresas, hay
que proceder a la nacionalización de la industria farmacéutica, el control y el
pase a lo público de toda la sanidad privada, el pase de las industrias
textiles a manos del Estado para la producción de todos los elementos sanitarios,
el control de todas las empresas productoras de la energía y de las
telecomunicaciones, la creación de una Banca Pública poderosa, etc..
. Los partidos políticos y las organizaciones
sindicales que en la actualidad tienen la influencia en las instituciones del
Estado no están por modificar la dinámica que impone el mercado. Los límites hasta donde están dispuestos a llegar son restringidos y los remedios son los mismos de siempre, es
decir, menos democracia, financiación para los dueños del capital y para la
banca. En definitiva, trabajan para que las estructuras en las que se asienta el
dominio del capitalismo se recuperen y que las cosas vuelvan a ser igual que
antes, al menos hasta que llegue una nueva crisis.
. Lo que se necesita es un partido
que asuma con valentía la defensa de las clases trabajadoras, y unas
organizaciones sociales capaces de movilizarse en defensa del
bien común. Aunque se comienzan construir,
no tienen todavía ni la capacidad ni la madurez suficiente, y aún es preciso un
sacrifico excepcional para lograr que sean capaces de imponer un cambio de rumbo
radical a lo que está sucediendo y a lo que está por venir.
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