miércoles, 18 de marzo de 2020

PLAN DE URGENCIA. Frente a la crisis y las medidas del gobierno que favorecen a banqueros y grandes empresarios, y el mantenimiento del régimen monárquico y corrupto.


PLAN DE URGENCIA


Plan de defensa de trabajadoras, trabajadores y pueblos
¡Por la salud, la democracia y la vida!


La pandemia del coronavirus ha dado paso a una crisis sistémica soterrada del sistema de propiedad privada, de explotación y de opresión del capitalismo internacional. 
La guerra comercial y monetaria, la guerra del petróleo de las grandes potencias, las guerras interminables contra los pueblos…, ha conducido al estallido de la quiebra del sistema internacional que supera los índices del “crak” de 1929. 


Después de China, Europa; España y Madrid se han convertido por el impacto especial de la epidemia en epicentro de la crisis global, que viene a afectar a todos los aspectos de vida y trabajo. Crisis que puede prolongarse y agravarse durante tiempo indeterminado con todas sus consecuencias. El sistema de valores y medidas del capitalismo internacional se está hundiendo con los índices de sus bolsas y privilegios, con sus bancos especulativos y con los fondos buitre que destruyen bienes sociales como son la vivienda y la sanidad. 


La sanidad, en parte privatizada por gobiernos de todos los colores, empobrecida sistemáticamente desde los Presupuestos del Estado, recortada en aspectos esenciales; carece en estos momentos del personal y medios necesarios, ya que ha sufrido durante años constantes ataques para quebrarla, y ahora muestra todas sus flaquezas frente a una rápida infección de la población como la que representa el coronavirus.

Los sacrificios del personal sanitario no pueden superar los obstáculos impuestos desde arriba por las instituciones del régimen y por el dictado de las políticas de austeridad de la Troika. 

Como consecuencia de las trabas impuestas a la sanidad pública sólo el 40% de los afectados por la epidemia en Madrid por el coronavirus han podido ser hospitalizados.


El plan de defensa de los trabajadores y pueblos frente a la crisis no puede sino empezar por la nacionalización de toda la sanidad privada y de las mismas empresas farmacéuticas, y por la contratación inmediata del personal necesario para ponerlas al servicio de los intereses sociales colectivos, para así defender de verdad la salud y la seguridad pública. 


Con la crisis sistémica que ha comenzado se pretende imponer los modos y maneras de la crisis de 2008, además del despliegue militar autoritario por nuestras calles y plazas.

La forma de “solucionar” dicha crisis de 2008 supuso en esencia muchos dineros públicos para los bancos y grandes empresas que pesan en la deuda pública impagable, y la consiguiente miseria social para grandes sectores obreros y populares que perdieron sus puestos de trabajo, sus casas y sus estudios; que vieron devaluados sus salarios y pensiones, y violentados sus derechos democráticos, y que fueron sometidos a una terrible contrarreforma social y laboral que aún está vigente. 


Ahora, de nuevo los despidos de trabajadores se masifican y los alquileres no se podrán pagar sin ingresos. Las medidas tomadas por el gobierno Sánchez-Iglesias quedan muy por debajo en lo social de las medidas tomadas por los gobiernos de Francia e Italia


En medio de la cuarentena establecida por el gobierno, la Casa Real, impuesta por la herencia franquista y borbónica, sorprende a todos en la persona de su titular, que viene a anunciar el repudio parcial de la herencia de su padre, cuando ostenta la jefatura del Estado no por otra razón que por dicha herencia, y hay que constatar que no puede repudiar sólo una parte de su herencia, que si renuncia de verdad a su herencia manchada por la corrupción y el despotismo ya puede comenzar abandonando el poder que ostenta de forma absolutamente antidemocrática.


Por todo ello hace falta inmediatamente un plan de urgencia social, político y económico, dando respuestas integrales a las necesidades sociales y democráticas de la población. Constatamos que las medidas tomadas por el gobierno no responden a los intereses obreros y populares, por ello las Cortes generales deben tomar con urgencia las siguientes medidas: 


-Anulación de todos los despidos efectuados al calor de la crisis del coronavirus. 


-Salario, y/o renta indefinida de urgencia para todas las familias sin ingresos, por un mínimo de 1.200 euros que debe ser de igual cuantía para el salario mínimo, y para las pensiones mínimas de todos. 


-Presupuesto especial y extraordinario para salvar la sanidad pública y nacionalización de la sanidad privada, y las empresas farmacéuticas. Contratación del personal inmediato para asegurar la salud y la seguridad de la población.


 -Suspensión inmediata del pago de la deuda pública. Devolución de los 60.000 millones que fueron entregados por el gobierno del PP a la banca, y confiscación de toda la fortuna ilegal de los borbones.


-Suspensión inmediata del pago de cuotas de la Seguridad Social para los autónomos.


-Moratoria total para alquileres e hipotecas, y suministros básicos. Suspensión de todos los desahucios, y expropiación por los municipios de las viviendas vacías propiedad de los bancos, empresas y fondos buitre.


-Retirada del ejército de nuestras calles y plazas. Derogación de la ley mordaza. Protección integral para niños, mujeres y personas mayores. En este sentido recordamos la feminización de la pobreza, mujeres sometidas a mal trato confinadas con sus maltratadores y mujeres prostituidas obligadas a ejercer.


-Dotación de material de seguridad eficiente a las personas que ejercen los cuidados y trabajan con personas dependientes. Apoyo especial a niñas y niños en pobreza infantil.


-Derogación de toda la contrarreforma laboral y social aún vigente.


-Apertura de un proceso constituyente democrático que devuelva el derecho a decidir a las trabajadoras y trabajadores y los pueblos, a decidir sobre sus propios asuntos mediante consulta democrática acerca de monarquía/ república, para que la democracia y la voluntad popular libremente expresada pueda acabar con la herencia de la dictadura franquista y monárquica.
Por Cortes Constituyentes y Soberanas Republicanas

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