El horizonte económico que se presenta una vez que superemos la
terrible crisis sanitaria provocada por el coronavirus puede ser desolador para
las clases trabajadoras, si no nos preparamos para hacerle frente.
La deuda del Estado va
a ser brutal dado que las subvenciones a las empresas y los avales a los
créditos que soliciten ya que como ha indicado el presidente del gobierno dispondrán
de “toda la liquidez“ que precisen que a su vez será proporcionada por el BCE y
el FMI, toda la que sea necesario vía entidades financieras, el pago de los
salarios y cotizaciones sociales de los miles de ERTES, las cotizaciones y
pagos de los autónomos, las rebajas de impuestos que lograrán las grandes
empresas, etc.
Todo en su conjunto va a suponer una deuda multimillonaria con
la que tendrá que cargar el Estado, y sumar a la deuda ya existente que queda
como residuo de la crisis del 2008.
La recuperación económica llegará a base de recortar
servicios públicos, salarios y privatizando las pocas empresas públicas que
queden. El capitalismo no renunciará a nada de eso, ya tenemos la experiencia
de crisis anteriores y cuáles son los caminos emprendidos para la recuperación
de la actividad económica.
Para hacer frente a este brutal ataque que se realizará desde
el Estado con el empuje de las grandes corporaciones empresariales y
multinacionales, es necesario la unidad de todas las fuerzas políticas y
personas que consideramos que el capitalismo es un sistema inhumano que hay que
arrojar al cubo de la basura histórica.
La organización para esta lucha que nos espera hay que
comenzar a prepararla ya, estableciendo redes de solidaridad, asociando a las
reivindicaciones concretas y actos parciales que realicemos la necesidad de la
unidad y la colaboración con aquellos sectores sociales interesados en otra organización
social capaz de superar el individualismo y dejar atrás el beneficio económico
como regla fundamental de la convivencia.
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