Desde
la ODP-PSLF queremos expresar nuestro apoyo a las luchas que están realizando
los agricultores para conseguir una valoración de su trabajo y de lo
que producen.
La política agraria seguida por los diferentes gobiernos aplicando
las directrices de Bruselas beneficia y privilegia a las clases ricas, a los
agricultores más poderosos, a las grandes empresas de producción, distribución y comercialización y terratenientes.
La Política Agraria Comunitaria que se basa en las subvenciones y en las
directivas que deben aplicar los gobiernos nacionales conduce a la expulsión de
los pequeños propietarios de sus tierras, ahogándolos con los bajos precios de
los productos agrícolas.
La política seguida desde
Bruselas está favoreciendo de modo descarado la concentración y acumulación de
la tierra en manos de los grandes
terratenientes, empresas agrícolas y de los fondos de inversión que están
introduciéndose en el campo de una manera acelerada.
En las próximas dos semanas,
la UE preparará el nuevo Presupuesto comunitario para el periodo 2020-2027 que
según las evidencias disponibles implicará un recorte en los fondos
estructurales y en la Política Agrícola Común (PAC).
Una buena
parte de los casi 600 millones de euros de la PAC van a parar a propietarios de
tierras que viven en Madrid o fuera de Extremadura. Estas
ayudas se deben dar a los agricultores que realizan una actividad agraria, en
función de la producción y vinculadas al empleo, a quienes generan riqueza y
crean empleo; no se puede consentir que las subvenciones se concedan dependiendo de la
superficie y de los derechos históricos.
La pretensión del gobierno tratando de convencer a los grandes
supermercados y grandes distribuidoras para que tengan solidaridad con los
agricultores es pura fantasía. El meollo de la cuestión son los precios, y es la Unión
Europea la que impide la fijación de precios a
los gobiernos. Sin embargo, permite que las grandes
superficies y las multinacionales arruinen a los
agricultores y que luego vendan a precios abusivos al resto de la ciudadanía.
Por otro lado,
se favorece la entrada de productos de otros países a los que dudosamente se les
aplican los reglamentos y controles sanitarios que se aplican a la producción
agrícola nacional. Muchas de las producciones que vienen del extranjero
pertenecen a grandes empresas españolas que producen con menores costes en otros
países como Marruecos, etc.
El abandono y la despoblación del mundo rural se traducirá en grandes
fincas de agricultura
industrializada, grandes y exclusivos
cotos de caza
o fincas de recreo
para la alta sociedad verde.
No desaparecerá la producción de alimentos, todo
quedará en manos de las grandes multinacionales y de las grandes empresas agrícolas que en definitiva son los nuevos terratenientes,
que con las maquinarias y la tecnología actual controlarán la producción,
distribución y comercialización de alimentos.
El
mantenimiento del mundo rural y la agricultura necesitan de medidas que vayan a
la raíz del problema agrario, medidas radicales por parte del gobierno y de la
Junta de Extremadura:
1.- Ruptura con las políticas que proceden de Bruselas que condenan
a la ruina a quienes viven y realizan la actividad agraria.
2.-Desarrollo de políticas que orienten al agricultor tanto en el
coste real como en la planificación de las producciones, la calidad sanitaria,
etc.
3.-intervención directa en la comercialización, suministros de
servicios y financiación de las producciones.
4.-Puesta en marcha de Mecanismos de Mercado como el establecimiento de aranceles de importación,
reintegro de los aranceles que se cobran a los productos de la exportación,
precios de garantía, reglamentos sobre la calidad de los alimentos, políticas
para que el consumo de productos de la tierra se lleve a cabo en
establecimientos públicos de la Junta de Extremadura o del Estado español,
etc...
5.- Una mayor intervención para aplicar con todo rigor la Ley de Comercio de 1996 y la Ley de Competencia Desleal de
1991 que prohíben la venta a pérdida ya que inducen a error a los consumidores,
desacreditan la imagen del producto o reducen la competencia en el mercado.
6.- La
única solución ante el atropello violento al que se está sometiendo a las
clases trabajadoras del mundo rural es la Reforma agraria.
La
Reforma Agraria debe estar basada en las expropiaciones de los grandes
latifundios; el reparto de tierras es imprescindible; debe estar
dirigida a la soberanía alimentaria que la PAC se está cargando y acabará con
ella definitivamente; al impulso para la formación de cooperativas agrarias de
producción, distribución, transformación y consumo; la defensa de salarios
dignos para los trabajadores y trabajadoras del campo;
la defensa e incremento de la agricultura ecológica; la
defensa del territorio y el medio
ambiente solo se pueden
defender con habitantes en el
medio rural que vivan dignamente y con servicios. Es sencillamente otro modelo de Estado
y redistribución de la riqueza.
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