jueves, 13 de febrero de 2020

ODP-PSLF SOBRE EL PROBLEMA AGRARIO








Desde la ODP-PSLF queremos expresar nuestro apoyo a las luchas que están realizando los agricultores para conseguir una valoración de su trabajo y de lo que producen.


La política agraria seguida por los diferentes gobiernos aplicando las directrices de Bruselas beneficia y privilegia a las clases ricas, a los agricultores más poderosos, a las grandes empresas de producción, distribución y comercialización y terratenientes.  


La Política Agraria Comunitaria que se basa en las subvenciones y en las directivas que deben aplicar los gobiernos nacionales conduce a la expulsión de los pequeños propietarios de sus tierras, ahogándolos con los bajos precios de los productos agrícolas.


La política seguida desde Bruselas está favoreciendo de modo descarado la concentración y acumulación de la tierra en manos de los grandes terratenientes, empresas agrícolas y de los fondos de inversión que están introduciéndose en el campo de una manera acelerada.



En las próximas dos semanas, la UE preparará el nuevo Presupuesto comunitario para el periodo 2020-2027 que según las evidencias disponibles implicará un recorte en los fondos estructurales y en la Política Agrícola Común (PAC).



Una buena parte de los casi 600 millones de euros de la PAC van a parar a propietarios de tierras que viven en Madrid o fuera de Extremadura.  Estas ayudas se deben dar a los agricultores que realizan una actividad agraria, en función de la producción y vinculadas al empleo, a quienes generan riqueza y crean empleo; no se puede consentir que las subvenciones se concedan dependiendo de la superficie y de los derechos históricos.



La pretensión del gobierno tratando de convencer a los grandes supermercados y grandes distribuidoras para que tengan solidaridad con los agricultores es pura fantasía. El meollo de la cuestión son los precios, y es la Unión Europea la que impide la fijación de precios a los gobiernos. Sin embargo, permite que las grandes superficies y las multinacionales arruinen a los agricultores y que luego vendan a precios abusivos al resto de la ciudadanía. 


Por otro lado, se favorece la entrada de productos de otros países a los que dudosamente se les aplican los reglamentos y controles sanitarios que se aplican a la producción agrícola nacional. Muchas de las producciones que vienen del extranjero pertenecen a grandes empresas españolas que producen con menores costes en otros países como Marruecos, etc.


El abandono y la despoblación del mundo rural se traducirá en grandes fincas de agricultura industrializada, grandes y exclusivos cotos de caza o fincas de recreo para la alta sociedad verde. No desaparecerá la producción de alimentos, todo quedará en manos de las grandes multinacionales y de las grandes empresas agrícolas que en definitiva son los nuevos terratenientes, que con las maquinarias y la tecnología actual controlarán la producción, distribución y comercialización de alimentos.


El mantenimiento del mundo rural y la agricultura necesitan de medidas que vayan a la raíz del problema agrario, medidas radicales por parte del gobierno y de la Junta de Extremadura:


1.- Ruptura con las políticas que proceden de Bruselas que condenan a la ruina a quienes viven y realizan la actividad agraria.


2.-Desarrollo de políticas que orienten al agricultor tanto en el coste real como en la planificación de las producciones, la calidad sanitaria, etc. 


3.-intervención directa en la comercialización, suministros de servicios y financiación de las producciones.


4.-Puesta en marcha de Mecanismos de Mercado como el establecimiento de aranceles de importación, reintegro de los aranceles que se cobran a los productos de la exportación, precios de garantía, reglamentos sobre la calidad de los alimentos, políticas para que el consumo de productos de la tierra se lleve a cabo en establecimientos públicos de la Junta de Extremadura o del Estado español, etc... 


5.- Una mayor intervención para aplicar con todo rigor la Ley de Comercio de 1996 y la Ley de Competencia Desleal de 1991 que prohíben la venta a pérdida ya que inducen a error a los consumidores, desacreditan la imagen del producto o reducen la competencia en el mercado.


6.- La única solución ante el atropello violento al que se está sometiendo a las clases trabajadoras del mundo rural es la Reforma agraria.

La Reforma Agraria debe estar basada en las expropiaciones de los grandes latifundios;  el reparto de tierras es imprescindible; debe estar dirigida a la soberanía alimentaria que la PAC se está cargando y acabará con ella definitivamente; al impulso para la formación de cooperativas agrarias de producción, distribución, transformación y consumo; la defensa de salarios dignos para los trabajadores y trabajadoras del campo; la defensa e incremento de la agricultura ecológica; la defensa del territorio y el medio ambiente solo se pueden defender con habitantes en el medio rural que vivan dignamente y con servicios. Es sencillamente otro modelo de Estado y redistribución de la riqueza.








No hay comentarios:

Publicar un comentario