Carlos Martinez, es
secretario general del PSLF y del consejo científico de Attac
Los partidos obreros
surgen para cambiar las condiciones de vida de las clases trabajadoras, obtener
el reparto de la riqueza y de los medios de producción y de consumo y alcanzar
el fin de las clases sociales. Para ello, concurren a
los parlamentos al objeto de cambiar las leyes y constituciones, organizan
sindicatos de la clase obrera y luchan ya sea en las instituciones, ya sea en
los centros de trabajo, ya sea en las calles o las trincheras si hace falta por
defender la libertad y los derechos de las personas.
Los partidos obreros no surgen
para buscar la moderación –son realistas e incluso posibilístas, pero no
moderados- tampoco surgen para buscar gobiernos estables en el interclasismo
más allá de acuerdos para consolidar la democracia o combatir al fascismo.
Tampoco para tranquilizar a los mercados –son socialistas- y menos para
defender a los reyes y los tronos.
Dicho esto, las elecciones son una forma
democrática para alcanzar el poder, pero para ello debe haber en primer lugar
democracia cierta, democracia con mayúsculas, es decir democracia republicana.
Pedro Sánchez ha sido
el paradigma de todo lo contrario a lo que nuestro fundador Pablo Iglesias
representa. Podemos, a través de su líder ha sido poco inteligente y ninguno de
ambos ha entendido que de sus decisiones no dependía una simple forma de
representación política gubernamental en el seno de una democracia burguesa y
cortesana, sino la vida, las aspiraciones de igualdad, libertad, pan, techo y
trabajo de millones de personas, muchos millones de personas aquejados de
pobreza inducida, machismo militante y violento, trabajo precario o paro sin
esperanzas. Vida, señores jefes, vida y derecho a una vida digna.
El Partido Socialista
Libre Federación ha advertido sin descanso y sin medios que una repetición
electoral era innecesaria y tan solo era una puerta abierta a las derechas. Una
oportunidad para la derecha trumpista que nos amenaza y quiere a base de
engaños y mentiras seguir trabajando para que los ricos sean más ricos y la
burguesía y la oligarquía de Madrid, nos siga robando.
Unas nuevas elecciones
eran innecesarias, bastaba con llegar a un acuerdo de mayorías parlamentarias.
Pero no ha sido así, pues los poderes reales con el rey a la cabeza lo han
impedido. Ahora y tras las elecciones solo está clara la subida de VOX y eso se
lo deben agradecer a la izquierda oficialista y en especial a Pedro Sánchez.
Tras estos resultados
electorales del 10 de Noviembre solo queda claro en mi opinión que Sánchez ha
fracasado sin paliativos, el PSOE no merece este batacazo propiciado por la
prepotencia de su líder, su escoramiento a la derecha y su actitud cortesana.
El socialismo tiene mucho que decir, si es eso, socialismo.
En segundo lugar
Podemos/IU también tienen su cuota de responsabilidad y no pueden mirar hacia
otro lado. Carecen además de la suficiente fuerza de convicción y de
coherencia.
Lo que más ha subido ha
sido el independentismo y por tanto habrá que tenerlo en cuanta y mucho.
Antes me refería a
fuerzas democráticas. Porqué la subida de VOX se debe a la oportunidad que
Sánchez les ha brindado con una repetición electoral que ha desmovilizado a una
parte de la izquierda.
La desaparición de Ciudadanos era lógica pues su discurso
de extrema derecha solo podía beneficiar a los ultraderechistas.
Ahora solo es posible
un gobierno con fuerzas de progreso, sean o no nacionalistas y hacer una
políticas de recuperación de los derechos sociales, la igualdad y el federalismo
que deje de lado a los nacionalistas españolistas y centralistas y partidarios
de la regresión social. Eso o el trumpismo.
VOX no puede
representar ni representa a la España rural. Muchos de los votos rurales son de
izquierdas y están en la izquierda, por eso el mundo rural debe dejar de ser
abandonado, pero para eso son imprescindibles medidas que se opongan a la PAC
de la Unión Europea y se centre en la soberanía alimentaria y la defensa del
territorio, un territorio con servicios, sanidad y educación ubicados en los
pueblos, comunicaciones y una agricultura vinculada a la defensa del clima así
como a la incorporación de las nuevas tecnologías.
La única solución es
pues un amplio gobierno de progreso y dar la espalda a las derechas. Fortalecer
el socialismo, un socialismo democrático que recupere los valores de la
izquierda y de trabajar por y para las clases populares y trabajadoras. En
nuestro caso, fortalecer el PSLF como opción de una izquierda valiente y
consecuente. Una opción que hoy Sánchez no representa.
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