Después de lo que hemos visto en un año de gobierno de la derecha, a estas alturas, nadie se va a sorprender que ante un escándalo de la naturaleza y dimensiones como
el que está ocurriendo en España, no pase absolutamente nada.
Por lo que en estos días ponen
de manifiesto varios medios de comunicación, existen claras sospechas de que
durante varios años, importantes dirigentes de la dirección nacional del PP estaban
participando activamente en el cobro de sobresueldos que tenían una oscura y
sospechosa procedencia.
El Presidente del gobierno no dice nada, los dirigentes
del PP esconden y tratan de evitar todas las sospechas, no importa que se
desprestigie el gobierno de la nación y se deteriore más la democracia; no
importa que cada vez menos gente confíe en el sistema político y que estos comportamientos afecten de
lleno a la credibilidad de todos los partidos, provocando que el
distanciamiento de la ciudadanía respecto a los mismos sea cada vez mayor.
Ante todo este marasmo de
acontecimientos antidemocráticos, hay una parálisis de la oposición, parece que la mejor respuesta es pasar de puntillas sobre los diferentes
casos de corrupción. Por lo que conocemos hasta la fecha, los partidos
políticos de la oposición, entre ellos el PSOE, piden suavemente explicaciones
no sea que se vayan a enfadar demasiado los del PP; nos dirán "que no hay otras
alternativas pues presionando mucho al gobierno y al PP podemos poner más en
ridículo la democracia”. Lo que no sabemos es hasta qué punto los ciudadanos y
ciudadanas van a soportar todo esto y no nos van dar definitivamente la espalda.
Los casos sospechosos de corrupción política y económica se están acelerando en
poco tiempo y ninguna pata del sistema resulta ajena a los mismos.
Ante una situación como
esta, por el bien de la democracia, el gobierno no puede ofrecer la más mínima
duda y tiene que dimitir; por el bien del sistema democrático hay que exigir la
intervención judicial de la Fiscalía Anticorrupción, para que se aclare todo lo más rápido posible,
antes de que salgan a la palestra, populistas con claras intenciones de
gobierno. Por el bien de la democracia, para ganar la confianza del pueblo y
por el bien de los partidos políticos es preciso exigir al sistema judicial la máxima
aceleración en las investigaciones y resoluciones de los casos de corrupción
política y económica relacionados con la Gürtel, que según parece, duermen en los juzgados el sueño de
los justos. En estos momentos, es imprescindible la unidad de todas las fuerzas
de izquierda para exigir todas las explicaciones y aclaraciones del Presidente
del Gobierno, y todas las medidas políticas necesarias para acreditar y
recuperar la plena confianza del pueblo en los valores de la Democracia. ¿No es
posible la unidad de la izquierda, para poner freno a esto?
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