La educación no es un derroche o un gasto, es una inversión de futuro, de esperanza, de progreso y una vital inversión
Por José María Sánchez
Los
recortes que está sufriendo la Educación Pública resultan inadmisibles,
insufribles, inexplicables y cuantos calificativos similares puedan
encontrarse en nuestro vocabulario.
Quiero unirme a la
intranquilidad que tiene la comunidad educativa. Como maestro que ha
trabajado siempre en la escuela rural, me resulta hasta ofensiva la
forma en que el PP hace mercantilismo de un tema tan importante para el
avance de los pueblos; nunca entenderé eufemismos como que un sistema
educativo "público, universal y gratuito", como se dice desde la
consejería, su "viabilidad ineludiblemente pase por hacerlo sostenible".
La Educación no es un derroche o un gasto, es una inversión de futuro,
de esperanza, de progreso y una vital inversión en el desarrollo de los
pueblos. Extremadura tiene una idiosincrasia muy particular debido
principalmente a la extensión de su territorio y dispersión de sus
pueblos. Siendo esto así, la mejor manera de conseguir una verdadera
igualdad entre localidades, es precisamente el facilitar el acceso de
todos a una educación pública y de calidad.