Los restos de los represaliados por el franquismo han sido hallados en un olivar gracias al testimonio de un testigo de los hechos y primo de uno de los asesinados
La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Extremadura (ARMHEX) ha localizado una fosa con al menos tres cuerpos de represaliados por el franquismo, en un olivar próximo a la localidad pacense de Arroyo de San Serván.
Así lo ha informado hoy la asociación en un comunicado en
el que especifica que el hallazgo se enmarca en las excavaciones que se
llevan a cabo en la zona a instancias de varios familiares de las víctimas.
La localización ha sido posible gracias a los sondeos
arqueológicos realizados desde principios del pasado mes de julio por
parte de un equipo técnico-científico compuesto por arqueólogos,
antropólogos y un historiador.
El hallazgo ha tenido lugar en una finca de propiedad
privada donde los testimonios orales ubicaban las fosas comunes en las
que fueron enterrados los cuerpos de un grupo de personas, algunas de
ellas procedentes de Arroyo de San Serván,
fusiladas por los franquistas una vez que se hicieron con el control de
la localidad en el mes de agosto de 1936, tras el golpe de estado que
provocó la Guerra Civil.
Los sondeos han dado como resultado la localización y excavación de al menos una fosa con los restos de tres personas.
Previamente, un estudio geofísico, realizado con fotografía aérea infrarroja,
había detectado la existencia de una anomalía en la zona que podría
estar relacionada con la presencia de enterramientos clandestinos en el
subsuelo.
Después de lo que informa la prensa regional sobre los restos hallados en Arroyo de San Serván, no queda sino reconocer el trabajo tan importante que está realizando la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica.
ResponderEliminarCuando se conoce un hecho de estas características, se piensa como es posible que después de los años transcurridos, todavía estemos de esta manera, aún no se han recuperado la mayor parte de los restos de los asesinados, antes y durante la dictadura, que yacen en cunetas y en lugares desconocidos. ¿Por qué durante los años de democracia no se han puesto todos los medios posibles a disposición de los familiares para que puedan ejercer algo tan básico como investigar y trasladar los restos de sus muertos a los cementerios? ¿Por qué tantas resistencias y tantos obstáculos?
El hecho de que la transición a la democracia se hiciera sin una ruptura democrática que apartara de los poderes institucionales a las fuerzas conservadoras, herederas del franquismo, ha propiciado que nos encontremos con situaciones insólitas en una sociedad democrática. Por un lado, la investigación y recuperación de los restos de los fusilados que lucharon por la libertad y la democracia, abandonados en las cunetas y en lugares desconocidos, se están realizando después de superar muchas dificultades y trabas burocráticas; otras cuestiones aún están pendientes o han sido rechazadas políticamente. También, es insólito que al juez que quiso poner en marcha la investigación de los crímenes del aquél período fascista, se le persiga y se le aparte de la profesión de juez. Todo esto es una evidencia clara de cómo las fuerzas políticas y sociales tienen una influencia muy poderosa y controlan el funcionamiento de las instituciones de este país.
Otra cuestión. No nos sorprende el desconocimiento que la gente más joven tiene sobre el período republicano en España. Además del silencio que se hace en los medios de comunicación y difusión acerca de aquella etapa histórica, signo evidente de que están en manos de la derecha, quedan aún muchos prejuicios a nivel académico y cultural que nos impiden tratar y profundizar con plena libertad de los intentos que realizó la segunda república para modernizar la sociedad española. Las propuestas para elevar el nivel de vida y el bienestar social fueron duramente atacadas por la iglesia católica, los terratenientes, el ejército y la banca, hasta poner en marcha el golpe militar que nos trajo los 40 años de la dictadura.
Todas las personas progresistas y de izquierdas tienen la obligación de informar, de dar a conocer, de poner en conocimiento de las generaciones más jóvenes de todo lo que significó y fué la segunda república y del enorme esfuerzo y sacrificio que hicieron las clases trabajadoras defendiendo la libertad y la democracia, por lo que fueron cruelmente perseguidas durante muchos años. Trabajar conjuntamente por objetivos como éste es lo que pone de relieve la necesaria unidad de todas las fuerzas progresistas y de izquierda.