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Cuatro meses después de su llegada al Gobierno, el equipo de Mariano
Rajoy solo ha manifestado buenas palabras e intenciones sobre la futura
llegada de la alta velocidad a Extremadura. El Ejecutivo no ha
destinado ni un solo euro para realizar concursos o licitar nuevas obras
en la región, una circunstancia que choca con las actuaciones que está
realizando en los trazados ferroviarios proyectados en otros puntos del
país. Un claro ejemplo es el AVE gallego, que el Ejecutivo del PP sí ha
impulsado de forma importante autorizando o concediendo trabajos por más
de 2.000 millones de euros desde el 1 de enero.
A tenor de sus
decisiones y sus gestos, el Gobierno parece tener preferencias por el
desarrollo de esta infraestructura en otras comunidades autónomas. A
enero de 2012, según los datos que manejaba el presidente de la Junta,
José Antonio Monago, solo se habían certificado obras del AVE extremeño
por valor de 300 millones de euros. En ese momento había además trabajos
en marcha o pendientes de resolver la licitación por valor de otros 500
millones de euros, cuando el coste total del trazado Madrid-Lisboa en
suelo español ronda los 4.100 millones. El escenario no ha cambiado
desde entonces, pese a la importante cantidad de dinero que queda por
invertir y a pesar de que el PP utilizó esta infraestructura como gran
reivindicación política mientras estuvo en la oposición. Hasta hoy, el
proyecto no ha avanzado con el Gobierno de Rajoy.
Esta situación
parece venir a confirmar los mensajes que Monago ha lanzando a la
sociedad extremeña desde el cambio de Gobierno en Madrid. Primero dijo
que había "que luchar por el tren de alta velocidad", pero que en estos
momentos es "mucho más importante la red convencional". Y poco después
advirtió que "el AVE sigue siendo una prioridad, pero no parece que se
vaya a hacer a corto plazo"--.
No obstante, el presidente
extremeño también llegó a asegurar, a principios de febrero, que sería
"comprensivo" con Rajoy si los plazos de las obras del AVE se alargaban
para todas las autonomías "por igual" debido a la crisis, pero sería
"reivindicativo" si no era así. El nuevo Gobierno aún no ha aprobado ni
licitado un solo euro para la alta velocidad extremeña. Sí lo ha hecho
para el AVE gallego. Desde principios de febrero hasta la semana pasada,
el Consejo de Ministros, el Ministerio de Fomento y Adif han autorizado
o adjudicado obras del trazado entre Valladolid y Galicia por valor de
2.032 millones de euros. Ese dinero se destinará a la construcción de la
plataforma, la apertura de túneles, el montaje y mantenimiento de vías y
de sistemas eléctricos, y al control de obras en una quincena de
tramos. También ha destinado dinero al AVE a Alicante (77,6 millones) y a
la conexión con la frontera francesa (50,3 millones).
Por tanto,
pese a la crisis y los ajustes, el Gobierno sigue invirtiendo en el
AVE, aunque no en todos los trazados. Tiene prioridades, lo que también
se refleja en el proyecto de Presupuestos Generales del Estado para este
año: la alta velocidad gallega y la vasca son las únicas que se salvan
del recorte generalizado de inversión respecto al 2011, mientras que el
proyecto extremeño ha visto reducidos sus fondos hasta un 44% y ni
siquiera cuenta con un solo euro asignado para el tramo manchego.
AUN
SIN VISITA La ministra de Fomento, Ana Pastor, sí ha tenido gestos
hacia Extremadura. A principios de febrero y de marzo, en sendas
comparecencias en el Congreso y el Senado, expresó su "compromiso" con
Extremadura para "seguir construyendo el AVE". Pero ha ido más lejos en
otros casos, incluso visitando las obras en Alicante, Galicia y País
Vasco. El día que estuvo en Alicante, a finales de abril, incluso
prometió licitar obras en ese trazado por valor de 800 millones de euros
a partir de este mes.
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