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THtan bastado pocos meses desde las elecciones generales para que
sepamos a ciencia cierta que las políticas que está haciendo el PP no se
parecen en nada a las que prometían en la campaña electoral; la
adulteración de lo prometido lo quieren justificar con unos
razonamientos políticamente cínicos y perversos.
Los portavoces
del PP nos decían que la reforma laboral se hacía para crear empleo; sin
embargo, la realidad es bien distinta, con la reforma laboral se
recortan derechos laborales y se facilita el despido. Es una reforma que
otorga amplias libertades al empresario y somete al trabajador a un
régimen de dominación que se acerca a lo neofeudal. Los resultados que
se van conociendo son claros y contundentes.
El cinismo se vuelve
a poner de manifiesto cuando nos dicen que, para salir de la crisis y
por el bien de los españoles, hay que reducir en los presupuestos las
partidas destinadas al gasto social y a las inversiones públicas. Aunque
a continuación, se afirma que con estas políticas la economía española
seguirá produciendo paro y calculan que para el año en curso habrá un
crecimiento del desempleo en más de 600.000 personas.
Ahora nos
dicen que para arreglar el sistema educativo hay que disminuir la
calidad de la enseñanza, o lo que es lo mismo, hay que recortar el
número de profesores en los centros, hay que aumentar el número de
alumnos por aulas, dejar aparcadas la implantación de ciclos formativos
que había previstos, etcétera. El caso es que hay que engañar a los
ciudadanos como sea. No creo que en la historia de la democracia
española haya habido un partido político que se haya comportado como lo
está haciendo el PP.
Todo lo que está haciendo este Gobierno lo
justifica en la crisis económica y en la herencia recibida. Sin embargo,
no se puede estar siempre echándoles la culpa a los demás, en algún
momento se tiene y debe asumir las propias responsabilidades. No hay
nada más cierto que la crisis económica se está utilizando para
desmontar el Estado del bienestar que con tanto esfuerzo hemos creado
todos. Las políticas que aplica el PP responden a los intereses de los
sectores sociales a los que representa que son quienes controlan los
medios económicos y financieros de este país. Así se explica que la
carga de la situación la estén haciendo recaer sobre los trabajadores y
las capas sociales más humildes. No hay nada más que ver que con la
reforma laboral se trata de favorecer a la gran patronal; con la reforma
financiera se inyectan millones del erario público a la banca; la
amnistía fiscal favorece a los defraudadores que poseen muchos millones
de euros en paraísos fiscales; los recortes en la Sanidad y en la
Educación Pública favorecen al sector privado deseoso de acceder a ese
enorme botín retenido en los presupuestos del Estado y de las
comunidades autónomas.
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