Todavía estamos esperando algún tipo de explicación sobre qué va a pasar con nuestra escuela. Somos 120 personas las que estamos pendientes de una supuesta fusión de la que nos hemos enterado por una llamada telefónica y sobre la que nadie nos ha pedido opinión». Con estas palabras, la delegada de alumnos de 3º de Enfermería de la escuela del SES de Badajoz, Penélope Márquez, mostraba ayer su malestar a este periódico por la noticia de que la Universidad de Extremadura y el Servicio Extremeño de Salud estudian fusionar su centro con el otro que existe en Badajoz, el de la UEx.
Penélope y sus compañeros están indignados. Ayer, la
directora de su centro, Pepa Benavente, les informó de la situación.
«Nos contó lo único que sabía: que se barajaba una fusión con la escuela
de la Universidad de Extremadura. A Pepa se lo había contado un
vicerrector de la UEx por teléfono. Los demás detalles, los hemos
conocido por el Diario HOY», refiere la joven estudiante de Enfermería.
Cuenta que entre sus compañeros hay dos posturas. Una que
aglutina a aquellos que tienen muy claro que si a la hora de elegir una
de las dos escuelas que existen en Badajoz optaron por la del SES fue
por un único motivo, la preferían.
Las razones: «Todo el mundo habla mucho mejor de ella en
el ámbito sanitario, tiene mucho más prestigio. Entendemos que
estudiamos la misma carrera y con el mismo contenido en los dos centros.
Pero todo el mundo sabe que no es lo mismo licenciarse en Derecho en la
Complutense que en Salamanca, por ejemplo, ¿no? Pues lo mismo», resume
Penélope.
Por este motivo, según refiere, hay un grupo de alumnos
que se niega a fusionarse porque entienden que perderían algunas
ventajas que ahora disfrutan. «A nosotros nos enseñan los enfermeros,
que ejercen y trabajan como profesores, y es completamente distinto que
el que imparta las clases sea un médico. Eso es así», reflexiona
Penélope.
Un problema de formas
Un segundo grupo de alumnos asume que si se ha tomado la
decisión de que la UEx absorba la que hasta ahora era su escuela tendrán
que aceptarlo, pero critican, según Penélope, que ni si quiera se lo
hayan consultado, ni a ellos ni a sus profesores teniendo en cuenta que
serán los máximos afectados. «Nos podían haber dicho: 'hemos hecho esto
bajo cuerda y aunque no hemos contado con vosotros, no queremos que os
enteréis por la calle'», sugiere Márquez.
La delegada de alumnos les recuerda a los responsables
del SES y de la UEx que no son mobiliario que se pueda trasladar de un
centro a otro. «Van a cambiarnos de escuela, de profesores y de entorno,
como mínimo nos merecemos una explicación, ya que somos los que pagamos
las tasas», subraya.
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