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Mientras la crisis económica azota a las economías domésticas, deja a
miles de extremeños en el paro, destruye cientos de empresas y
convierte en fenómeno establecido las reducciones salariales y la
pérdida de poder adquisitivo, el precio de los combustibles no para de
subir. Día tras días, los carburantes superan sus techos históricos y
--lo peor para el ciudadano-- la previsión es que la tendencia alcista
se mantenga como mínimo hasta Semana Santa.
El precio medio de la
gasolina de 95 octanos se situó ayer en 1,47 euros por litro en
Extremadura, mientras que el de la gasolina de 98 octanos está por
encima de 1,58. Por su parte, el gasóleo de automoción, el más
demandado, supera el 1,46 euros por litro. Es decir, sea cual sea el
combustible, llenar el depósito de un turismo cuesta más de 88 euros hoy
en la región. Es el equivalente a 90 cartones de leche o 150 barras de
pan. Por ese mismo dinero, hace dos años, se podían repostar un depósito
completo y otro casi hasta la mitad. Pero desde el 2010 los carburantes
no han dejado de encarecerse.
En marzo del 2010 la gasolina
costaba en Extremadura 1,13 euros por litro, mientras que el gasóleo
apenas superaba el euro por litro --subida del 45% en dos años--. El año
pasado, por estas fechas, esos precios ya se habían incrementado hasta
alcanzar 1,32 y 1,29 respectivamente, según los datos del Ministerio de
Industria. Hoy ya rondan --e incluso superan-- el euro y medio por
litro. En lo que va de 2012, estos combustibles se han encarecido en
cerca de 13 céntimos por litro. "Una barbaridad. Lo que pasa es o la
gente no se termina de dar cuenta con el euro, porque en pesetas esto es
un dineral, o se resigna, tal y como está la situación en el país",
comenta Casto Bravo, presidente de la Asociación de Estaciones de
Servicio de la comunidad autónoma.
Detrás de esta escalada de
precios hay diversos factores. Por un lado, la revalorización del
petróleo por la tensión política y los conflictos en países productores
de crudo como Irán, Libia o Irak. Por otro la especulación de los
mercados. "Tiene que haber gente haciéndose muy rica porque la gasolina
que hoy se vende en España a precios históricos fue comprada hace dos
meses, cuando el petróleo no estaba tan caro como ahora", apunta Bravo.
EL
45%, IMPUESTOS Tampoco a los Gobiernos les interesa demasiado, en
estos momentos de debilidad de ingresos, una tendencia a la baja;
actualmente cerca del 45% del precio final de los combustibles van a
parar a las arcas públicas vía impuestos (tributos especiales, IVA).
"Hoy ya no se puede hablar de máximos históricos porque la realidad los
pulveriza día tras día. Es presumible que los combustibles sigan
subiendo como mínimo hasta Semana Santa, aunque no podemos saber hasta
dónde va a llegar esto", advierte Casto Bravo. El sector al que él
pertenece ve con preocupación esta escalada de precios, dado que las
gasolineras van a comisión por litro vendido.
En Extremadura se
consumieron durante 938.000 toneladas de combustible el año pasado; son
60.000 toneladas menos que en el 2010 y el 2009, según datos oficiales.
"La demanda ha bajado hasta un 25% respecto a hace un año en las
estaciones de servicio rurales. Antes esto era un negocio, ahora
luchamos por sobrevivir. Ya hay al menos una quincena de gasolineras en
venta en la región, impensable hace unos años".
También el
transporte acusa la situación. "Un transportista medio se tiene que
gastar hoy casi 6.000 euros al mes en combustible. Esto, más los impagos
de clientes, ha originado que hayan desaparecido en torno al 15% de las
empresas del sector y que la flota se haya reducido un 30%", señala
Mario Aza, secretario de la Agrupación Gremial de Transportistas de
Extremadura.
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