El abaratamiento del despido y el ajuste de
los salarios provocarán una caída en la recaudación tributaria y un
aumento del gasto en prestaciones por desempleo, lo que agravará el
déficit público y obligará a un ajuste cercano a los 38.000 millones,
3.500 más de los que prevé el Gobierno.
http://www.fundacionideas.es/press_room/recent_news/4816
Descargar nota documento análisis reforma laboral
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La reforma laboral aprobada por el Gobierno el
pasado mes de febrero, por Decreto Ley con carácter de urgencia y sin
ningún tipo de consenso los agentes sociales, va a suponer en el momento
actual de recaída de la actividad y el empleo, una destrucción de entre
738.000 y 807.000 empleos solo en 2012, lo que implica una pérdida de
entre 103.000 y 172.000 puestos de trabajo adicionales a la previsión
oficial, fijada en 635.000 empleos.
Esta es la principal conclusión del documento de análisis político “Reforma laboral y crisis: efectos sobre la economía española”, elaborado por el departamento de Economía, Sostenibilidad y Bienestar de la Fundación IDEAS, y que ha sido presentado por el vicepresidente ejecutivo del laboratorio del PSOE, Jesús Caldera.
El texto desmonta las principales justificaciones que plantea el Ejecutivo de Mariano Rajoy para llevar a cabo la reforma: la necesidad de flexibilizar y abaratar el despido para incentivar así a las empresas a contratar más, y la conveniencia de ajustar a la baja los salarios para elevar la competitividad de la economía española.
Según ha explicado Caldera, en la situación actual, caracterizada por una recaída en el ritmo de recuperación en toda la UE y con España al borde de la recesión, esta transformación radical de las reglas del mercado de trabajo frenará aún más la actividad económica.
Así, a tenor de las investigaciones llevadas a cabo por IDEAS, el impacto macroeconómico de una reforma laboral “procíclica” será dramático en la coyuntura actual, pues “la reducción de salarios y el más que previsible aumento del paro van a deprimir aún más el consumo, lo que tendrá un impacto inmediato sobre el PIB y sobre el déficit público, pues habrá una caída de la recaudación fiscal, en especial por IVA e IRPF, y un aumento del gasto por las prestaciones por desempleo”.
Sobre la previsible evolución de los salarios reales, el documento construye dos escenarios de impacto sobre el PIB y el déficit público. Así, solo con una reducción de los salarios del 2% la economía española se contraría también un 2% (la previsión del Gobierno es 1,7%) y perdería 738.000 empleos, 103.000 más de los ya anunciados por parte del ministro de Economía y Competitividad, Luis De Guindos. El déficit público se alejaría del objetivo del 5,3% del PIB exigido por la UE al Gobierno y escalaría al 5,5%.
Sin embargo, según ha detallado Caldera, solo con que la caída de los salarios reales sea del 2,5%, España se verá abocada a una contracción del PIB de 2,2%, cinco décimas más que la prevista por el Gobierno, y una destrucción que cuantificamos en 807.000 empleos, 172.000 más que la previsión oficial del Gobierno. En este escenario, el desempleo superará la barrera de los 6 millones a finales de 2012, y el déficit público no será menor del 5,6% del PIB, lo que obligará a un ajuste de 37.901 millones de euros, 3.422 millones adicionales al ajuste ya previsto por el Ejecutivo para alcanzar el objetivo del 5,3% que le exige la UE.
Y si los efectos en la macroeconomía van a ser muy negativos, el documento elaborado por IDEAS detalla que, desde un punto de vista microeconómico, la reforma laboral va a generar en el mercado de trabajo importantes debilidades. Así, según ha indicado Caldera, los recortes que el Gobierno pretende hacer en las inversiones de I+D+i y en las ayudas dirigidas a sectores clave, “unido a un escenario de flexibilización de los despidos, van a impedir que se lleve a cabo el cambio de modelo productivo que necesita España para mejorar su productividad a medio y largo plazo”.
Además, según el informe, el cambio en las relaciones laborales, que establece un claro desequilibrio a favor de las empresas, va a generar incertidumbre y disminuir los incentivos de los trabajadores para dedicar tiempo y esfuerzo para adquirir capacitación específica para la empresa y puesto de trabajo que ocupan. Paralelamente, se pierde una oportunidad para mejorar las políticas activas de empleo y, “lo que es muy importante, -apuntó Caldera- la reforma laboral supone un retroceso en los avances alcanzados en términos de conciliación de la vida familiar y laboral”, lo que, a juicio de Caldera, “puede tener repercusiones importantes en la tasa de actividad femenina, uno de los factores que contribuyó positivamente al crecimiento de la economía española durante el último ciclo expansivo”.
Esta es la principal conclusión del documento de análisis político “Reforma laboral y crisis: efectos sobre la economía española”, elaborado por el departamento de Economía, Sostenibilidad y Bienestar de la Fundación IDEAS, y que ha sido presentado por el vicepresidente ejecutivo del laboratorio del PSOE, Jesús Caldera.
El texto desmonta las principales justificaciones que plantea el Ejecutivo de Mariano Rajoy para llevar a cabo la reforma: la necesidad de flexibilizar y abaratar el despido para incentivar así a las empresas a contratar más, y la conveniencia de ajustar a la baja los salarios para elevar la competitividad de la economía española.
Según ha explicado Caldera, en la situación actual, caracterizada por una recaída en el ritmo de recuperación en toda la UE y con España al borde de la recesión, esta transformación radical de las reglas del mercado de trabajo frenará aún más la actividad económica.
Así, a tenor de las investigaciones llevadas a cabo por IDEAS, el impacto macroeconómico de una reforma laboral “procíclica” será dramático en la coyuntura actual, pues “la reducción de salarios y el más que previsible aumento del paro van a deprimir aún más el consumo, lo que tendrá un impacto inmediato sobre el PIB y sobre el déficit público, pues habrá una caída de la recaudación fiscal, en especial por IVA e IRPF, y un aumento del gasto por las prestaciones por desempleo”.
Sobre la previsible evolución de los salarios reales, el documento construye dos escenarios de impacto sobre el PIB y el déficit público. Así, solo con una reducción de los salarios del 2% la economía española se contraría también un 2% (la previsión del Gobierno es 1,7%) y perdería 738.000 empleos, 103.000 más de los ya anunciados por parte del ministro de Economía y Competitividad, Luis De Guindos. El déficit público se alejaría del objetivo del 5,3% del PIB exigido por la UE al Gobierno y escalaría al 5,5%.
Sin embargo, según ha detallado Caldera, solo con que la caída de los salarios reales sea del 2,5%, España se verá abocada a una contracción del PIB de 2,2%, cinco décimas más que la prevista por el Gobierno, y una destrucción que cuantificamos en 807.000 empleos, 172.000 más que la previsión oficial del Gobierno. En este escenario, el desempleo superará la barrera de los 6 millones a finales de 2012, y el déficit público no será menor del 5,6% del PIB, lo que obligará a un ajuste de 37.901 millones de euros, 3.422 millones adicionales al ajuste ya previsto por el Ejecutivo para alcanzar el objetivo del 5,3% que le exige la UE.
Y si los efectos en la macroeconomía van a ser muy negativos, el documento elaborado por IDEAS detalla que, desde un punto de vista microeconómico, la reforma laboral va a generar en el mercado de trabajo importantes debilidades. Así, según ha indicado Caldera, los recortes que el Gobierno pretende hacer en las inversiones de I+D+i y en las ayudas dirigidas a sectores clave, “unido a un escenario de flexibilización de los despidos, van a impedir que se lleve a cabo el cambio de modelo productivo que necesita España para mejorar su productividad a medio y largo plazo”.
Además, según el informe, el cambio en las relaciones laborales, que establece un claro desequilibrio a favor de las empresas, va a generar incertidumbre y disminuir los incentivos de los trabajadores para dedicar tiempo y esfuerzo para adquirir capacitación específica para la empresa y puesto de trabajo que ocupan. Paralelamente, se pierde una oportunidad para mejorar las políticas activas de empleo y, “lo que es muy importante, -apuntó Caldera- la reforma laboral supone un retroceso en los avances alcanzados en términos de conciliación de la vida familiar y laboral”, lo que, a juicio de Caldera, “puede tener repercusiones importantes en la tasa de actividad femenina, uno de los factores que contribuyó positivamente al crecimiento de la economía española durante el último ciclo expansivo”.
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